PESOS Y CONTRAPESOS

Del T-MEC (2/3)

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

El arancel del 25% a la importación de autos a Estados Unidos, al imponerlo al contenido no estadounidense de los autos y las autopartes producidas en México y exportadas a los Estados Unidos, viola el T-MEC, que en este punto es muy claro: si el 75% del contenido de un automóvil producido en México es de origen norteamericano (México, Estados Unidos o Canadá), su importación a Estados Unidos queda exenta de aranceles (véase: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/86471/2._Trato_Nacional_y_Acceso_de_Mercanc_as.pdf).

El arancel de Trump viola el T-MEC. ¿Qué pueden hacer, al respecto, los tres grupos de afectados: (i) el importador estadounidense, que bien puede ser una empresa automotriz estadounidense, que produce en México y exporta a los Estados Unidos; (ii) el consumidor estadounidense, quien compra el auto importado, cuyo precio, consecuencia del arancel, seguramente aumentará, sobre todo por el porcentaje del mismo, 25%; (iii) el productor y exportador que produce en México y exporta a Estados Unidos, que pueden ser empresas europeas o asiáticas (¿qué nos dice del emprendedurismo mexicano el que no haya una industria automotriz de origen mexicano?).

Los afectados por el arancel, claramente violatorio el T-MEC, ¿qué pueden hacer? El T-MEC, ¿contempla alguna medida? Sí: recurrir a los mecanismos de solución de controversias, contemplados en su artículo 31. Es lo que el gobierno mexicano debe hacer ante la violación, de parte de Trump, del T-MEC (véase: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/465813/31ESPSoluciondeControversias.pdf).

Lo primero que debe hacer el gobierno mexicano es iniciar una consulta formal con el gobierno de los Estados Unidos y, si no se llega a un acuerdo en 30 días (acuerdo al que muy probablemente no se llegaría), puede recurrir a un panel arbitral independiente, cuya tarea sería determinar si el arancel del 25% a la importación de autos a los Estados Unidos viola el T-MEC. Si el fallo resulta favorable al gobierno mexicano (como debería ser), entonces el gobierno estadounidense se vería obligado a quitar el arancel o, de no hacerlo, a enfrentar represalias de parte del gobierno mexicano: la imposición de aranceles compensatorios a las importaciones de productos estadounidenses, que deberán ser proporcionales al daño causado, y que conviene que sean estratégicos, de tal manera que los productores y exportadores estadounidenses, afectados por dicho arancel, presionen a su gobierno para que elimine los aranceles impuestos a las importaciones de productos mexicanos, para que el gobierno mexicano elimine los aranceles impuestos a las importaciones de productos estadounidenses.

Suponiendo todo lo anterior, ¿debería el gobierno mexicano imponer aranceles compensatorios y estratégicos, a lo que tendría derecho según las reglas del T-MEC? No. Lo que debería hacer es eliminar todos los aranceles, a todas las importaciones, no sólo estadounidenses, sino de cualquier parte del mundo, lo cual supondría avanzar, más decididamente de lo que se ha hecho en el pasado, con el TLC primero y el T-MEC después, hacia el libre comercio, que es lo éticamente justo (respeta derechos), y económicamente eficaz (reduce la escasez y aumenta el bienestar).

Continuará.

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Javier Solórzano Zinser. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón