PESOS Y CONTRAPESOS

Equilibrar el comercio (1/3)

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Trump lo dejó claro: no quitará los aranceles al menos que los gobiernos de los países afectados equilibren su comercio con Estados Unidos. ¿Qué quiere decir? Que la balanza comercial de esos países con Estados Unidos esté en equilibrio para que la balanza comercial de Estados Unidos con esos países también lo esté. Que, medido en dólares, la cantidad de productos importados hacia Estados Unidos sea igual a la cantidad de productos exportados desde Estados Unidos.

La exigencia de Trump para quitar los aranceles proviene de su creencia de que el déficit comercial (es más lo que se importa que lo que se exporta), es malo, y que el superávit comercial (es más lo que se exporta que lo que se importa), es bueno, no pudiendo existir el uno sin el otro. Si la balanza comercial de Estados Unidos es deficitaria necesariamente la balanza comercial de los países con los que comercia tiene que ser superavitaria, y viceversa: si la balanza comercial de Estados Unidos es superavitaria inevitablemente la balanza comercial de los países con los que comercia tiene que ser deficitaria. El déficit de uno es el superávit de otro.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el resultado deseable en la balanza comercial es el déficit, porque es el que contribuye a minimiza la escasez, el hecho de que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis. Que la balanza comercial sea deficitaria quiere decir que es más lo que se está importando que lo que se está exportando. Quiere decir que es más lo que se está comprando que lo que se está vendiendo. Quiere decir que es más lo que está entrando al país que lo que está saliendo del país. ¿Resultado? Disminuye la escasez y aumenta el bienestar.

Por el contrario, que la balanza comercial sea superavitaria quiere decir que es más lo que se está exportando que lo que se está importando. Quiere decir que es más lo que se está vendiendo que lo que se está comprando. Quiere decir que es más lo que está saliendo del país que lo que está entrando al país. ¿Resultado? Aumenta la escasez y disminuye el bienestar.

Si padeces la ilusión crisohedónica, creyendo que el déficit es malo y el superávit bueno (véase: https://www.razon.com.mx/opinion/2025/03/24/ilusion-crisohedonica-12/), y tu balanza comercial es deficitaria, intentarás convertir ese déficit en superávit, para lo cual el superávit de los países con los que comercias tendrá que convertirse en déficit. Si los gobernantes de esos países consideran que el déficit es malo, intentarán convertirlo en superávit, para lo cual tu superávit tendrá que convertirse en déficit, lo cual resulta en un cuento de nunca acabar, al menos que se logre el equilibrio en la balanza comercial, que no haya déficit o superávit, que la cantidad importada sea igual a la exportada.

Seguramente Trump quiere que la balanza comercial de los Estados Unidos pase de deficitaria a superavitaria, para lo cual las balanzas comerciales de los países con los que comercia deben pasar de superavitarias a deficitarias, lo cual provocaría un cuento de nunca acabar, de acciones y reacciones de los gobiernos, de oscilaciones entre déficit y superávit, consecuencia, no del libre comercio, sino de las políticas gubernamentales. ¿Cómo evitarlo? Proponiendo (¿salomónicamente?), el equilibrio. ¿Cómo se consigue?

Continuará.

Temas: