Estamos frente a elecciones judiciales que ya nos han sorprendido, con una cantidad de “puntadas” verdaderamente terribles. Hace una semana Javier Martín Reyes escribía que el guion ya está escrito y que todo apunta que, tras el resultado de la elección, el Gobierno someterá al INE a una reforma, asimismo expresó en sus columnas, cómo el Tribunal Electoral, dio licencia para violar la equidad a la Presidenta, al Senado y a la Cámara de Diputados, “porque no se trata de cuidar la democracia, se trata de cuidar a Morena”. La frase final, me pareció un remate que debemos analizar.
Creo que es momento de preguntarnos si México aún vive en una democracia. En las últimas columnas he hablado de cómo México se encontraba ya con mucha claridad en su recesión democrática, en serios informes de organismos internacionales aparece como “híbrido” o con “cada vez menos democracia liberal”, sin embargo, estos análisis están ubicados principalmente en mediciones que provienen de datos de 2023.
Probablemente si hoy tuviéramos un análisis a 2025, tendría datos de 2024, pero los equilibrios de la República se rompieron con la sobrerrepresentación casi a final de año y tras ello, las reformas, que tienen unos meses, han derivado en una elección judicial en la que se espera una baja participación y que claramente no ha atrapado a los ciudadanos, pero que derivará en un Poder Judicial cooptado por el partido-Estado.
Vale la pena preguntarnos: ¿Las elecciones judiciales han sido limpias, o los principales candidatos ya desbalancearon la elección pintándose de guinda?; ¿el derecho a votar sigue siendo igual para todos, o la falta de presupuesto y lejanía de casillas les disminuye su derecho a algunos? ¿Existe libertad para escoger y ser votado o la tómbola que distribuyó candidatos a otros territorios da un tratamiento ventajoso a unos cuantos? ¿Existe razonabilidad en la distribución de recursos, o la falta de ellos, le da ventaja a quienes están cercanos al Gobierno?
¿En verdad se puede evaluar el grado en que las preferencias del electorado han sido expresadas en el último año?, la elección 2024, no dio un mandato mayoritario par avanzar en este sentido, fue la sobrerrepresentación orientada desde las propias instituciones la que le otorgó el enorme poder al Gobierno. La participación probable, se estima en algunas encuestas sobre el 20 por ciento, es decir que tampoco existe el interés de la ciudadanía sobre la participación. Son las personas afines a Morena quienes tienen mayor interés en la elección, con datos del encuestador Alejandro Moreno.
Desde mi perspectiva, lo que se juega ya no es quiénes van a ganar, creo que es evidente quiénes serán, lo que se juega hoy el Gobierno es la obtención del sello de aprobación internacional para aumentar o no, su legitimidad interna. La declaración de aceptabilidad de actores internos y externos, implica una voluntad de diálogo, de ahí vendrá estabilidad para los próximos años de este Gobierno. Por eso vale la pena debatir, ¿en este abril de 2025, México todavía vive en la democracia liberal? ¿en los hechos?
Creo que desde la sobrerrepresentación entramos en un tobogán de retroceso, el caso de la senadora Chávez y Cuauhtémoc Blanco son muestras del camino selectivo al que México ha llegado en su Estado de derecho. Yo creo que ya estamos en autoritarismo competitivo. Creo que la línea la cruzamos a partir de la sobrerrepresentación y de ahí, el efecto que se tendrá, será el que el partido-Gobierno desee hacer sentir. Por eso vale la pena debatir: ¿todavía vivimos en democracia?