Pocas veces nuestro amado deporte tiene la oportunidad de reivindicarseante toda aquella persona que rehúye de las pasiones que el futbol despierta. Con justa razón, imágenes tan crueles, denigrantes, como la violencia en las tribunas o en la propia cancha de juego.Escándalos de corrupción, excesos desmedidos, explotación laboral y diferentes lados tan oscuros que luego se esconden detrás de un balón. Es normal que, por ello, muchos prefieren desmarcarse y con total seguridad afirmar (con un dejo de menosprecio) que el futbol es de las masas (o de los pobres).
El mundial, que cada vez está más cerca, es una de esas oportunidades en donde el futbol da muestras de que todo tipo de arte puede emanar de los lugares más humildes en donde juega al futbol. Hace unos días, de la mano del ilustrador y artista Mario Cortés, mejor conocido como Cuemanche, se revelaron los tres carteles de las ciudades sede de nuestro país y que son la imagen gráfica que le da la bienvenida al mundo entero para disfrutar de la Copa del Mundo 2026.
Con elementos característicos de cada ciudad, Cuemanche ofrece un diseño que plasma la gastronomía, paisajes, obras arquitectónicas de Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México, las tres grandes metrópolis de nuestro país y que serán sede de una justa mundialista por tercera vez en la historia.

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Pocas urbes en el mundo pueden presumir de ello. Desde una opinión totalmente personal, debo confesar que no me encantó al 100 por ciento que la composición visual sea exactamente la misma para los tres carteles.
Si hay un mundial reciente, que nos transmitió todos los días arte y más arte, fue sin duda Francia 98. Deportiva y culturalmente, uno de los mejores mundiales de la historia. En aquella ocasión, los carteles de cada ciudad poseían una identidad propia. Entiendo que fueron diseñados por diferentes artistas, pero finalmente cada trabajo demostraba la esencia de cada ciudad, principalmente los de París y Lyon.
No hubiera sido pecado que nuestras tres hermosas ciudades hablaran por sí solas. Y que cada cartel fuera distinto al otro en cuanto a diseño. Por ejemplo, de los tres, me quedaría con el de Guadalajara tal cual es. Va perfecto con la identidad mexicana y tradiciones de la ciudad tapatía.
Para Ciudad de México, tal vez un pequeño homenaje en cuanto a estilo a los muralistas y, claro, a Frida Kahlo. Algo parecido a uno de los carteles de España 82 y las pinceladas de Picasso.
Con Monterrey un estilo vanguardista y de modernidad, elementos que en los últimos tiempos han sido eje central en el crecimiento arquitectónico de la capital de Nuevo León.
Entiendo la idea y al parecer más o menos ése era el encargo de la FIFA. Los considero magníficos cada uno de los tres carteles y el trabajo de Mario Cortés, que no tenía el gusto de conocer pero que recomiendo se acerquen a sus redes sociales, es espectacular. El arte es subjetivo y no importa la manifestación
de ella, que el futbol sea un pretexto para acercarnos y ser más sensibles a la música, pintura, literatura, escultura o lo que sea, siempre será bienvenida en una sociedad que tanto la necesita como la mexicana.

