FRONTERA DE PALABRAS

El Papa Francisco y la poesía

Mauricio Leyva. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Mauricio Leyva. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.

Una persona que ha perdido la capacidad de soñar carece de poesía y la vida sin poesía, no funciona.

El Papa Francisco

Jorge Mario Bergoglio, conocido como el Papa Francisco por su investidura de jefe de Estado del Vaticano y de la Iglesia Católica, ha fallecido este lunes 21 de abril. Su muerte ha generado un serio análisis de sus políticas reformistas, tanto al interior del Estado del Vaticano como al exterior de la Iglesia Católica, sin embargo, fueron muchos los aspectos que, el Papa argentino, abarcó con una pasión conmovedora y admirable. Una de estas grandes pasiones la tuvo con la poesía, de hecho, recurría constantemente a ella y ya fuera en el alma o en su equipaje, siempre traía en mente un verso o un libro entero de autores que, incluso, podrían pensarse como innombrables por una autoridad eclesiástica como la suya, tal es el caso del poeta Charles Baudelaire autor de Las flores del mal o incluso el poeta ruso Fiódor Dostoyevski a quienes leyó de manera profunda. Su inclinación por la buena literatura lo llevó a dar clases durante su juventud en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe. En una carta que el Papa Francisco redactó para la Antología de la poesía religiosa, Versos a Dios, y que está disponible en portal oficial del Vaticano, podemos conocer uno de los testimonios importantes de uno de los líderes más influyentes del siglo XXI sobre la poesía: Quisiera expresar el primero así: sois ojos que miran y sueñan. No sólo miran, sino que también sueñan. Una persona que ha perdido la capacidad de soñar carece de poesía y la vida sin poesía no funciona. Los seres humanos anhelamos un mundo nuevo que probablemente no veremos plenamente con nuestros ojos, pero lo deseamos, lo buscamos, lo soñamos. Decía un escritor latinoamericano que tenemos dos ojos: uno de carne y otro de cristal. Con el de carne miramos lo que vemos, con el de cristal miramos lo que soñamos. ¡Pobres de nosotros si dejamos de soñar, pobres de nosotros!

Esta carta que se dio a conocer el 10 de noviembre de 2024, forma parte de la edición que estuvo a manos de Crocetti Editore cuyos responsables fueron David Brullo, Antonio Spadaro y Nicola Crocetti y encuentra su génesis en un discurso pronunciado en la Sala Clementina del Palacio Apostólico el 27 de mayo de 2023. La carta no sólo es una serie de reflexiones sobre la poesía, sino sobre la responsabilidad que tienen los poetas en la sociedad:Ésta es su labor como poetas: dar vida, dar cuerpo, dar palabra a todo lo que el ser humano experimenta, siente, sueña, sufre, creando armonía y belleza. Es un trabajo que también puede ayudarnos a comprender mejor a Dios como el gran “poeta” de la humanidad. ¿Te criticarán? Bien, soporta la peor parte de las críticas y al mismo tiempo intenta aprender de ellas. Pero aun así, no dejes de ser original, creativo. No pierdas la maravilla de estar vivo. Y en este sentido las palabras del Papa Francisco tienen una dimensión especial y profunda porque parten de un líder religioso que, al mismo tiempo fue uno de los jefes de Estado más influyentes del mundo y en esa doble calidad, reconoce y acepta la poesía y a los poetas como agentes de cambio verdaderos, únicos, necesarios e indispensables. En el orbe entero, poco se ha difundido el compromiso del Papa Francisco con la literatura, de manera específica, con la poesía. Por ello, en el triste marco de su partida física, se hace digno y necesario recordar su grito de guerra para los poetas: ¡Queridos poetas, invítenos a sonar!

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