GENTE DETRÁS DEL DINERO

Telecom 4T: el barroco muro del nopal

Mauricio Flores. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Flores. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

El pretexto fue bloquear la publicidad pautada de gobiernos extranjeros en los sistemas de radiodifusión y digitales según para atajar el anuncio contra la migración indocumentada del gobierno de Donald Trump mediante la secretaria de seguridad interior, Kristi Noem: pero desde principios de año se cocinaba en los sótanos del extinto Instituto Federal de Telecomunicaciones la Reforma a la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión para dotar de poder omnímodo al Estado sobre las estructuras de la economía de mercado que en ese sector se desarrolló en México en los últimos 40 años… un poder que sustituye las decisiones técnicas por las políticas mediante la Agencia Federal de Transformación Digital.

El Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones, que encabeza Gerardo Soria, expuso con toda claridad lo que significa esa reforma: es un modelo de censura donde Peña Merino y su séquito definirán qué agrada o no a quien esté al frente del Poder Ejecutivo, quién puede o no invertir; y quienes hayan arriesgado su patrimonio deberán sujetarse a lo que les permita el gobierno a través de una Agencia de Transformación Digital que construyó el fracasado modelo de compra de medicamentos.

Pero en el Senado hay prisa para aprobar una ley con la que José Peña Merino podrá construir su Cortina de Hierro sobre concesiones de radio y televisión así como intervenir sin pudor alguno sobre la velocidad de transmisión y contenidos difundidos en plataformas digitales: la meta es desparecer, según al criterio, gusto y disgusto del gobierno mexicano, ese protocolo mundial de “neutralidad de la red”, ese que proclama la no intervención política en el funcionamiento de Internet y todas sus derivaciones.

Pero más que Muro de Hierro estilo soviético (idea acuñada por el gran Alejandro Rodríguez Cortés), lo que construirá Peña Merino es un “muro del nopal” en el que se intenta replicar el control totalitario sobre las comunicaciones que ejerce el gobierno de Xi Jinping en China.

En esa extraña mezcla de empresas y personas que se desarrollaron en un entorno de libre mercado a las que se pretende someter a un modelo de control estatista, la reforma en cuestión genera el entorno propicio para financiar empresas públicas deficitarias, ineficientes y sin responsabilidad alguna en la rendición de cuentas —como Altán redes que aún se dice dirigió hasta hace un mes Carlos Lerma— que pueden acaparar espectro radioeléctrico de alto valor por sólo ser “empresas públicas” para luego revendérselo ya sea a Telcel de Daniel Hajj, AT&T a cargo de Mónica Aspe o la desfalleciente Movistar.

En términos políticos internos, lo más relevante de esa reforma es que Peña Merino busca arrebatar a Marcelo Ebrad, secretario de Economía, la potestad para definir los niveles de participación de mercado de las empresas privadas en el ramo.

¿El propósito de Peña Merino es que las empresas de radiotelevisión y digitales, que los usuarios de redes sociales se sometan a las decisiones de un Estado todo poderoso? Pues habrá que ver qué dice a ese propósito autoritario y tipo bolivariano el gobierno de Donald Trump en la revisión del T-MEC.

Banorte, ¿a quién le dio miedo? Grupo Financiero Banorte, de Carlos Hank González, pone todas sus canicas para mantener el liderazgo en la evolución tecnológica de la banca. Marcos Ramírez Miguel, su CEO, anunció un “timonazo” y presentó su Estrategia Digital Integral cimentada en cuatro acciones: seguir invirtiendo fuerte en tecnología; comprar 100% de RappiCard, la tarjeta que lanzó hace 3 años con la colombiana Rappi, para incrementar la oferta de bienes y servicios en esta plataforma; fusionar a su operación los aprendizajes y componentes estratégicos de Bineo, su banco 100% digital, y aprovechar la experiencia, información y conocimiento adquiridos en los últimos años para lanzar una propuesta innovadora para el segmento joven.

Los malintencionados, entre ellos aliados, asesores y emprendedores de colmillo corto del sector Fintech, venden este giro de timón como un “fracaso”, pero la ventaja de ser un banco del tamaño de Banorte es la posibilidad de tener una estrategia, que lanzó hace 5 años, para adaptarla ágilmente a lo que el mercado dicta. Muchos “neobancos”, que no son bancos, están fracasando en el camino, lastimando el historial crediticio de miles de jóvenes. Banorte, con la cartera más sana del sistema, sabe que lo que este segmento necesita es hiperpersonalización y un acompañamiento para empoderarlos como usuarios de los servicios financieros.

Bineo es inversión y un activo que seguro venderá a muy buen precio. Ya les platico cómo va la jugada del Banco fuerte de México.

Transas educativas. El titular del Instituto Nacional de infraestructura Física Educativa (Inifed), Francisco Javier Cabiedes Uranga, quien fuera secretario de Finanzas de Morena, anda haciendo de las suyas en la adjudicación de contratos de la dependencia, a través de su operador Jaime Hernández Cancino, quien ha asignado el servicio de limpieza a la empresa Racso Proyectos Industriales, a pesar de que presentó la oferta más cara de un total de 4 postores.

Hablamos de 3.4 millones de pesos correspondientes al procedimiento número IA-11-MDE-011MDE001-N-2-2025, en un modus operandi que ya habían seguido en su paso por áreas de recursos materiales de la Semarnat y Hacienda, en el sexenio pasado.

La nueva escuela mexicana ya tiene adeptos.

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