PESOS Y CONTRAPESOS

Panorama económico (3/3)

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

En la primera entrega de esta serie afirmé que, con relación al poder adquisitivo del dinero, lo mejor es que aumente (deflación causada, ceteris paribus, por el aumento en la oferta agregada, consecuencia de una mayor producción de bienes y servicios, efecto de más inversiones directas, resultado de la confianza de los empresarios para invertir directamente). Que lo menos malo es que se preserve (ni deflación, ni inflación). Que lo peor es que se pierda (inflación causada, ceteris paribus, por el aumento en la demanda agregada, consecuencia de un mayor gasto gubernamental, financiado con producción de dinero, proveniente del banco central).

Debe quedarnos claro que mientas el Banco de México tenga meta de inflación (3% más menos un punto porcentual de margen de error), en México seguirá habiendo inflación, lo cual es, además de un error desde el punto de vista de la economía (reduce el bienestar), una injusticia desde el punto de vista de la ética (viola el derecho de propiedad privada). ¿Cuándo tendremos, en México, una discusión seria en torno al tema? Llevo proponiéndola años y ninguno de los involucrados, desde autoridades monetarias hasta legisladores, ha dado señales de vida.

Si ha de haber inflación, y mientras el Banco de México tenga meta de inflación la habrá, lo menos malo es que el crecimiento de la producción sea mayor que la inflación, algo que no sucede en la economía mexicana desde los tiempos del Desarrollo Estabilizador (1958 a 1970).

Tomando como referencia el crecimiento promedio anual, tanto de la producción como de la inflación, tenemos lo siguiente. Durante el sexenio de Adolfo López Mateos (1958-1964), el crecimiento de la producción fue 6.37% y la inflación 2.20%. A lo largo del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), el crecimiento fue 6.23% y la inflación 2.78%. Durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), el crecimiento fue 5.95% y la inflación 15.18%. A lo largo del gobierno de José López Portillo (1976-1982), el crecimiento fue 6.48% y la inflación 35.70%. Durante el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), el crecimiento fue 0.30% y la inflación 86.71%. A lo largo del gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el crecimiento fue 3.90% y la inflación 15.90%. Durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), el crecimiento fue 3.67% y la inflación 22.48%. A lo largo del gobierno de Vicente Fox Quesada (2000-2006), el crecimiento fue 1.95% y la inflación 4.44%. Durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), el crecimiento fue 1.86% y la inflación 4.28%. A lo largo del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), el crecimiento fue 2.41% y la inflación 4.19%. Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), el crecimiento fue 1.05% y la inflación 5.01%.

Sumamos nueve sexenios con la inflación mayor que el crecimiento de la producción. Promedio sexenal la inflación fue 21.77% y el crecimiento 3.06%. ¿Qué se espera para los próximos años? Según las expectativas de los economistas del sector privado, encuestados por el Banco de México en marzo, entre 2026 y 2035 la producción crecerá, en promedio anual, 1.95%, y entre 2026 y 2033 la inflación será, también en promedio anual, 3.39%.

Todo indica que seguiremos teniendo mayor inflación que crecimiento de la producción.

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Javier Solórzano Zinser. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón