Rumbo a la elección judicial, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) decidió cruzarle el camión a un proyecto político-electoral icónico de la 4T 1.0.
Si bien el esperpento de reforma constitucional por la cual acudiremos este domingo a elegir ministros de la Suprema Corte y del Tribunal de Disciplina Judicial, magistrados y jueces de todo orden y rama, no es idea de la Presidenta Sheinbaum, a ella sólo le tocó pastorear el proyecto-vendetta de su antecesor.
Al segundo piso de la 4T toca operar, movilizar, guiar con acordeones los votos de simpatizantes y acarreados para dar volumen a una jornada electoral inédita. Si la participación ciudadana supera el 25 por ciento del padrón de electores, el reporte será positivo.
Magnicharters, de pena
Por eso Morena tiene supervisores por circunscripción, para exigir y rendir cuentas. ¿El costo del numerito? Dicen que en política lo que cuesta dinero, sale barato. Y la elección judicial simboliza más de la cuenta en la narrativa populista de “ya saben quién”.
Por todo lo anterior, los maestros disidentes de la CNTE, tan afectos al poder en turno para negociar, obtener y resistir, se han topado con una fecha en el calendario político, que podría ser rehén inmejorable para presionar y posicionarse frente a la 4T de segunda generación.
La CNTE está decidida a chocar de frente con la Presidenta Sheinbaum.
Bloquearon una de sus mañaneras, la mandataria federal se levantó de la mesa de negociación y la disidencia magisterial decidió estrangular la capital y su único aeropuerto funcional y estratégico, no el AIFA de ornato.
Ayer, Claudia Sheinbaum cuestionó a la progresista CNTE por su repentina hermandad con el conservadurismo anti-elección judicial.
Las posiciones se alejan, la tensión crece y la expectativa por saber hasta dónde está la CNTE dispuesta a boicotear la jornada electoral del domingo próximo crece.
Morelos, nuevo paradigma en impartición de Justicia. En sus primeros cien días al frente de la Fiscalía de Justicia de Morelos, gobernado por Margarita González Saravia, Edgar Maldonado da señales de entender algo fundamental: en la política de seguridad, la narrativa importa tanto como los resultados.
Durante la presentación de la nueva imagen institucional, plataformas digitales y una retórica centrada en víctimas y mujeres, el fiscal apuesta por un cambio de percepción.
El subsidio federal para el Centro de Justicia para las Mujeres y la promesa de un enfoque con perspectiva de género apuntan hacia una fiscalía más moderna y empática. Pero no hay que olvidar que, detrás de cada dato, hay una historia humana.
El reto será sostener este impulso sin caer en la “mercadotecnia de justicia”, donde la forma se impone al fondo. Maldonado ofrece consolidar su estructura, independencia y resultados sostenibles para no repetir la historia de buenos comienzos con finales decepcionantes.
