Las casas no siempre arden por un ataque del exterior. A veces basta una chispa interna para provocar un incendio que lo consuma todo. En este caso, fue un comentario filoso el que avivó el fuego que muchos aún se niegan a reconocer, pero que ya es más que evidente. En el cumpleaños de la presidenta, la señora Beatriz Gutiérrez Müller no dio una felicitación: regó gasolina.
Su mensaje: “Que la buena fortuna colme su día, que la salud no se le despegue y que la inteligencia, que no le sobra, siga siendo su guía para conducir los destinos de nuestro querido México”, sonó más a reclamo que a cortesía. Y lo remató dejando claro que hablaba no sólo por ella, sino “de parte de la familia López Gutiérrez”. No fue un desliz. Fue un mensaje. Uno que confirma lo que muchos sospechaban: que el conflicto entre Claudia y el lopezobradorismo ya no es pleito escondido, sino una ruptura evidente.
Como lo he escrito en otras columnas, los encontronazos entre la Presidenta y la herencia del expresidente —esa que aún pretende mandar desde fuera— eran claros, pero nunca tan directos como lo evidenció el comentario de Beatriz.

Acuerdo para levantar bloqueos
Las grandes casas no se caen de un día para otro. Primero cruje una viga, luego se afloja un cimiento… hasta que un día, sin que nadie lo vea venir, una chispa las consume desde dentro. Así pasa con los regímenes que no traen bien amarrados todos los hilos del poder. Pero a diferencia de lo que muchos creen, yo sostengo que cada movimiento hecho por Claudia Sheinbaum y su equipo está calculado con precisión quirúrgica. Cada paso que se ha dado ha sido planeado y ejecutado con inteligencia, serenidad y visión.
Tal vez en un arrebato, Beatriz pensó que su frase sembraría división. Que encendería una fractura capaz de debilitar a la Presidenta. Pero lo único que logró fue evidenciar desesperación, soberbia y un mal cálculo. Su mensaje revela lo que representa: el inicio de una disputa abierta entre quien construyó un relato de nación… y quien hoy quiere reescribirlo con su propia tinta.
La casa de Claudia sigue en pie, sí. Pero para que no huela a humo —después del mensaje de Bety—, el equipo en el poder abrió los ventanales y apaciguó el fuego que le quisieron prender… ¿cómo? Ahí están dos casos muy sonados que le pegan al expresidente. Y eso solo para ver si doña Beatriz sigue jugando con fuego.
Reenviado.
1.- El tema de Vector, no es cosa menor. De hecho el departamento del tesoro de los Estados Unidos fue muy claro en su mensaįe: “…estas acciones se enmarcan en el amplio contexto de la sólida relación intergubernamental entre Estados Unidos y México, cuyos sellos distintivos incluyen la estrecha colaboración y el intercambio oportuno de información.”
2.- El mega operativo para desmantelar la organización transnacional encargada del huachicol fiscal que operaba desde México, Hidalgo y Queretaro. Ese delito que el sexenio se terminó según palabras del propio expresidente.
