POST “ELECTORAL”

Mal de muchos

Patricio Ballados. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

“La caída antidemocrática en México es dramática en los últimos tres años”. Así describe el más reciente “Reporte sobre la democracia: 25 años de autocratización” de V-Dem. Este estudio, del que alertó recientemente Ricardo Becerra, es elaborado por un amplísimo grupo de investigadores (4,200) de todas las regiones del mundo.

El informe revela un dato inquietante: por primera vez en más de dos décadas, hay más autocracias que democracias en el planeta. Y más alarmante aún: el 72% de la población mundial —casi tres de cada cuatro personas— vive hoy bajo regímenes autoritarios.

México no es ajeno a esta tendencia. Según el informe, nuestro país se encuentra en la “zona gris” de las democracias electorales —es decir, en el umbral entre la democracia y la autocracia— y vive un episodio documentado de autocratización. Esto nos coloca junto a países como Kenia, Albania y Nigeria, donde las instituciones democráticas formales se mantienen, pero su funcionamiento sustantivo está cada vez más comprometido.

El fenómeno que documenta el informe no es nuevo, pero sí más profundo. V-Dem lo denomina la “tercera ola de autocratización”, que lleva al menos 25 años gestándose. A diferencia de los viejos golpes de Estado o el cierre abrupto de parlamentos, hoy los ataques a la democracia son más sutiles y graduales: censura mediática, cooptación de los órganos electorales como el INE, erosión del Estado de derecho, debilitamiento del Congreso y el Poder Judicial. Todo, desde marcos de aparente legalidad.

México ejemplifica varios de estos síntomas. La presión sobre organismos autónomos, las reformas que minan la capacidad del árbitro electoral y los ataques sistemáticos al Poder Judicial no son incidentes aislados, sino parte de un patrón compatible con los hallazgos globales de V-Dem. La estrategia más común entre los países en proceso de autocratización es, justamente, la censura a los medios y el debilitamiento de la sociedad civil.

El informe es contundente: las democracias liberales (aquellas con elecciones libres y justas, separación de poderes y protección efectiva de derechos) son ahora el tipo de régimen menos común en el mundo. Sólo 29 países califican bajo ese estándar en 2024. En contraste, las autocracias cerradas y electorales se han multiplicado. En regiones como Asia Central o Medio Oriente, más del 90% de la población vive bajo regímenes autoritarios.

Frente a ello, la ciudadanía, la academia y los medios tienen una responsabilidad ineludible. La defensa de la democracia no puede postergarse para después de las elecciones ni limitarse al ritual del voto. Es una tarea cotidiana que implica exigir rendición de cuentas, proteger la libertad de expresión y visibilizar los intentos regresivos permanentemente.

Como advierte el propio informe: “La calidad de la democracia en las democracias ha disminuido, mientras que la severidad del autoritarismo en las autocracias ha aumentado”. Todavía estamos a tiempo.

Temas: