No cabe duda de que no todos los países viven el mismo tipo de violencia y la cultura de crimen organizado es un tanto desconocida, a diferencia de nuestro bello México donde los descabezados, cuerpos desmembrados, ahorcados, y apilados son parte de nuestra cotidianidad.
El terror de presenciar por redes sociales estos actos inhumanos y sangrientos, nos han curtido la piel y la manera de ver las cosas diferente a muchos otros países.
El ejemplo está en la imagen que hoy le presento, que estoy segura que cuando la vea se impactará y creerá que incluso será de mal gusto aparecer con una fotografía como esta.
Góbers felices en el sorteo
Pero déjeme decirle que fue la inauguración de un festival experimental de nombre Ex Abrupto en Barcelona, España.
Decidieron iniciar el festival con un partido de fútbol en donde el balón era una reproducción hiperrealista de la cabeza del exdictador Franco. Algo así como un performance en donde decidieron jugar para traer a la conversación las cinco décadas de su muerte.
Otra decisión ligada al performance es que el partido lo jugaron en una zona muy cerca en donde se alzaron unas trincheras usadas en la Guerra Civil
El artista que la hizo es Eugenio Merino junto con el colectivo Indecline, les pareció llamativo y quizá hasta una especie de “justicia” el golpear la cabeza ante la opresión que se vivió en esa época en toda España.
Ahora no es la primera vez que Merino recrea a Franco, ya había causado controversia por recrear al dictador en tamaño natural en el 2012 y después en modo de punching ball.
Aquí en México si viéramos esa escena de varios jóvenes jugando con una cabeza, no puedo imaginarme la escena, y la reacción de la gente porque quizá hasta se quedarían calladas pensando que es un grupo de C.O. y sería mejor pasar y ni siquiera murmurar.
Alguno de ellos grabaría a escondidas la terrorífica escena y ya estaría en redes sociales causando una locura e indignante reacción.
Ubiquemos que en nuestro país han desaparecido en los últimos años 121mil personas, 4,000 tan solo en este inicio de sexenio.
El hiperrealismo contra nuestra realidad diaria.
¡Qué locura!
