¡Menos mal! Hace nueve meses, en su alegoría final, el expresidente López Obrador presumía, entre otras mentiras, que en el combate al robo de hidrocarburos, su fe, la compra improvisada de camiones-tanque o pipas y la alocada contratación de operadores sin capacitación, así como el desfile de caravanas escoltadas por la Guardia Nacional, habían resultado en el descenso del 95% en la comisión de un delito que sí o sí demanda la complicidad activa o pasiva de funcionarios públicos federales, locales y policías,
Corrupción que también nos dijo el ex, ya no había.
Ayer, el gobierno de su sucesora anunció que localizó y decomisó casi 15 millones de litros de combustible robado en Coahuila. Decenas de carrotanques de ferrocarril sobre vías que apuntan hacia Estados Unidos.
Hace menos de un trimestre hubo otro relevante golpe: un barco en Baja California y una estación portuaria en Tamaulipas. Apenas hace unas semanas otro operativo dio cuenta de millones de litros incautados en Tabasco. Cerquita de la nueva refinería 4T o Dos Bocas.
Hoy, sobre carreteras en Puebla, Guanajuato, Hidalgo o Estado de México, se puede acceder a expendios clandestinos de combustible que se esconden a plena vista en contenedores a pie de las vialidades. Diésel o gasolina, lo que el cliente demande.
Total, que, en este sexenio que no cumple su primer año, millones y millones de litros de hidrocarburos robados han sido confiscados en aduanas marítimas o terrestres, así como en almacenes próximos a estaciones de refinación. Se presume cada acción como relevante.
¿Cómo es que un delito casi erradicado por la anterior administración produce aún tantos barriles de éxito político-policiaco?
Las reservas ilegales en México son enormes, podemos deducir. O bien, que la narrativa del anterior presidente de México estuvo en este renglón, como en tantos otros, inspirado en la faceta del líder que daba por buenos sus deseos, sin importar lo mal articuladas de sus políticas públicas para conseguir tal o cual extinción de males y pecados.
En materia de abatimiento de la pobreza, o el avance en los niveles de educación, o en el acceso mayoritario a servicios de salud, ¿ocurrirá lo mismo?
Es altamente probable que, en algún momento de esta administración, se den a conocer logros que, si hacemos memoria y acudimos a los registros periodísticos, incluso a ésos que gustan de la porra y la genuflexión como sustituto de medios y periodistas al servicio del régimen pasado-pasado, nos demos cuenta de los cuentos que nos dejó quien gobernó, e incide desde el púlpito o la hamaca, imaginando que la buena voluntad todo lo pudo.
HAPPY PROBLEM. El viral episodio de la señora en la colonia Condesa de la Ciudad de México, insultando a un policía o la descontrolada protesta de vecinos en el vecino barrio de la Roma en contra de la gentrificación, nos habla de una urbe que apenas en 2022 soñó con anidar a nómadas digitales y gozar su derrama económica.