En los últimos cuatro años las autoridades mexicanas han decomisado 5.4 toneladas de fentanilo, casi el 50 ciento en la tierra del Chapo Guzmán. A principios de mayo pasado, las autoridades estadounidenses realizaron una de las mayores incautaciones de fentanilo en la historia de Estados Unidos al decomisar 11.5 kilogramos del opioide, incluidos 3 millones de pastillas. Los narcotraficantes buscan otras drogas para traficar, mientras les decomisan el fentanilo. La de moda se llama xilacina, y es todavía más potente que el fentanilo. Se trata de xilacina que, desde 2015, fue detectada en Estados Unidos y que, ahora, se ha convertido en una amenaza en México y el resto de Latinoamérica. Provoca una sedación extrema, razón por la cual se le conoce como la “droga zombi”.
La semana pasada la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) advirtieron de la creciente utilización de xilacina en la fabricación de drogas en la región de América Latina.
Este químico es un sedante o relajante muscular veterinario que normalmente se usa en perros, gatos, vacas y caballos, pero los criminales lo mezclan con fentanilo, cocaína y heroína para prolongar sus efectos, haciendo las dosis más rentables, además, que es más barata que el fentanilo.

Magnicharters, de pena
La xilacina deprime el sistema nervioso central, generando somnolencia extrema, dificultad para respirar y disminuye el ritmo cardíaco, pero lo más grave, es que, al ser un sedante, inhabilita el uso de naloxona (o Narcan), el medicamento utilizado para revertir sobredosis de fentanilo. Aun así, los expertos recomiendan aplicarla para reducir el riesgo de muerte entre los consumidores.
Entre los efectos más graves que produce el consumo de xilacina mezclada con otras drogas se encuentra la aparición de úlceras que pueden derivar en necrosis; se hacen heridas severas que se pudren y, en muchos casos, obligan a amputar el miembro infectado.
SUSTITUTO DE FENTANILO

Las personas que la consumen pueden vivir con heridas abiertas que, con el tiempo, se infectan y acaban por descomponerse.Autoridades mexicanas dicen que su uso se ha detectado principalmente en el norte del país.
En 2024, la Secretaría de Salud de México emitió una alerta sanitaria tras descubrir restos de este sedante en pacientes y en cadáveres en los distintos Servicios Médicos Forenses, sobre todo en Tijuana y Mexicali, en donde ya, desde hace años, se ha detectado un aumento en el uso de fentanilo. Más de la mitad de los cuerpos que han llegado a los Semefos de Baja California tenían restos de fentanilo.
Mientras tanto, el Programa Global de Monitoreo de Drogas Sintéticas de Estados Unidos (SMART, por sus siglas en inglés) emitió una alerta internacional y reveló que, durante un estudio realizado en Tijuana y Mexicali, en Baja California, 61 de 300 muestras de fentanilo y heroína contenían xilacina.
La nueva droga es la xilacina.
A mediados de mayo pasado, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) emitió un informe donde advierte de un incremento en el tráfico de fentanilo mezclado con xilacina. Detalló que ha incautado este tipo de mezcla en 48 de los 50 estados en Estados Unidos.
La misma DEA dice que son los Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, los principales importadores de precursores químicos desde China para la fabricación de drogas sintéticas y que son estos grupos criminales los que llevan a las calles la xilacina con fentanilo y otras drogas.
El primer registro de uso ilegal de xilacina ocurrió en Puerto Rico en el año 2000, pero su circulación se disparó en Estados Unidos en la última década donde ha provocado una crisis de sobredosis.
El uso de otros químicos mezclados con el fentanilo no es nuevo, la detección de xilacina está agudizando los casos de sobredosis en la Unión Americana.
De acuerdo con registros oficiales de defunciones en Estados Unidos, de 2018 a 2023 se incrementaron drásticamente las muertes por sobredosis con xilacina, en ciudades como Filadelfia, que es la ciudad con mayor número de casos, seguida de Maryland y Connecticut.
Informes gubernamentales indican que en ese periodo (2018-2023) siete de cada 10 casos eran hombres caucásicos de estatus socioeconómico medio y medio bajo.
Estas “drogas de diseño” representan un riesgo significativo para la salud pública, ya que la mayoría de los sistemas sanitarios no pueden detectarlas, el número exacto de sobredosis es mucho más alto que la cifra oficial.
El narcotráfico es un negocio que le genera al crimen organizado tantos millones de dólares, que ahora que se están haciendo tantos decomisos de fentanilo, están buscando nuevas formas para seguir traficando y enganchando consumidores. La xilacina es más económica, más fuerte y se puede, al igual que el fentanilo, mezclar con otras drogas para hacerlas más adictivas.
El fentanilo es una de las drogas sintéticas que más personas está matando. Existe un antes y un después en la historia tras la llegada del fentanilo, una droga que, si se consume en dosis superiores, acaba con la vida, ya que su efecto es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina.
Lo cierto es si el fentanilo es tan adictivo, igual lo es la xilacina y los narcotraficantes mezclan estas substancias con otras drogas para que los consumidores se vuelvan adictos mucho más rápido.
Las autoridades, tanto en México como en Estados Unidos, están trabajando en el decomiso de esta droga, el fentanilo es difícil de detectar porque es incoloro e inodoro, pero sí se está decomisando y se han dado golpes fuertes contra las organizaciones que los producen y distribuyen. La xilacina se encuentra de manera legal porque es una medicina de uso veterinario.
Con las autoridades trabajando para cercar a las redes que trabajan con fentanilo, ahora estos grupos criminales están incursionando en otras drogas sintéticas.
El narcotráfico busca siempre estar a la vanguardia.

