A nadie le queda duda —salvo a la retórica oficialista— de que la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la CDMX fue “la decisión de un solo hombre”, diría el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), la de Andrés Manuel López Obrador… y por tanto, es responsabilidad del expresidente la decisión de engullir en las arcas gubernamentales 23 mil 200 millones de pesos pertenecientes a los fideicomisos para construir esa obra, según consta en la revisión en la auditoría de cumplimiento 2020-2-09KDH-19-0372-2021 de la Auditoría Superior de la Federación, a cargo también entonces de David Colmenares.
No, no se equivoque usted al prejuiciar que en este espacio se intenta exponer que “López Obrador robó más que Enrique Peña” dado el reporte periodístico publicado el lunes que se indica que conforme a las auditorías de esa misma entidad existen 160 pliegos de observaciones y una solicitud de aclaración efectuadas al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (el GACM, a cargo de construir el finado NAIM) y a la Comisión Nacional del Agua entre 2016 y 2020 con valor de 10,079 millones de pesos.
Lo que aquí se podrá apreciar es el doble rasero que la autoridad fiscalizadora, a cargo de Colmenares, aplicó a un gobierno saliente y a otro entrante… y que bien puede ejemplificar el “pacto de impunidad López-Peña” que, dicho sea de paso, muy casualmente ya se resquebrajó al punto de jarro rajado luego de que Peña Nieto criticó en un videoreportaje del CEEY la decisión económica mas estúpida de la historia —cancelar el NAIM—, según lo clasificó el Financial Times.

Magnicharters, de pena
En el caso del Fideicomiso Paraestatal 80726, la auditoría señala muy tímidamente, si abundar demasiado, que entre enero y mayo de 2020 se transfirieron 23,200 millones de pesos a la Tesorería de la Federación sin tener claridad de cuáles recursos eran públicos y cuáles privados, y sin que el GACM, ya entonces dirigido por el morenista Javier Villazón, informara documentalmente “no expuso los argumentos por los que decidió concentrar ese monto a la TESOFE”.
Una Tesorería que estuvo a cargo de la izquierdista Elvira Concheiro, donde se “licuó el dinero” sin que hubiese rastro de su destino, ya fuera para otorgar becas o financiar las hasta ahora ineficientes obras faraónicas del pasado sexenio.
El dinero de ese fideicomiso se pudo utilizar en pagar, por ejemplo, 1,080 millones de dólares, o sea poco más de un cuarto del total y así reducir el exponencial costo financiero de tal deuda sobre los proyectos oficiales de infraestructura aérea. Pero la ASF sólo optó por apuntar tímidamente la situación en una auditoría “de salva” como son todas las de cumplimiento.
También el equipo de Colmenares fue suavecito con Peña Nieto —y esa es la relevancia del reporte periodístico del lunes pasado—, no hay pistas del proceso de aclaración o de recuperación de los 10,179 millones de pesos objeto de 161 recursos de auditoría… y menos aún, que de esa suma, 8,792.4 millones de pesos que dieron lugar a una nueva acción por no haberse justificado, no hayan derivado en denuncias “doble vía” interpuestas por la ASF ante el Tribunal Fiscal de la Federación y ante la Fiscalía General de la República. ¿O no hubo nunca delito que perseguir?
Control de estrés en el Metro. Nada menor para un medio de transporte donde 5 millones de personas se mueven diariamente, cada una con sus tensiones, emociones y frustraciones; un tren saturado, que se descompone un día y el otro también mientras los viajeros se angustian para llegar a sus hogares, escuelas y trabajos. De ahí la valía de la iniciativa lanzada por ISA Corporativo, que dirigen Hugo y Raúl Camou, y de la Fundación Eva, de Camou, para lanzar la campaña de Bienestar “Wellbeing 360” en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, apoyada en la metodología de salud emocional desarrollada desde hace algunos lustros por el Instituto de Propósito y de Bienestar Integral de la Universidad Tecmilenio, que dirige Rosalinda Ballesteros.
La campaña consta de mensajes positivos, directos y breves, en las pantallas de ISA TV, para convocar a momentos de reflexión que quizá se antojan imposibles en medio del hacinamiento o de las angustias cotidianas… pero que al efectuarlas se encuentran esos remansos de paz interior que hacen la diferencia entre un buen o mal día. Además, la campaña se complementa con códigos de acceso QR para 80 conferencias virtuales con expertos de Wellbeing TV para ofrecer ayuda a quien lo requiera.
Y es que, digan lo que digan, Tlaxcala es mucho mejor que el Metro.
TelevisaUnivisión, la Copa de Oro. La transmisión de la final de la Copa de Oro que jugaron las selecciones de fútbol de México y Estados Unidos, fue vista por 19.1 millones de personas; una final emocionante que fue seguida a través de la señal de TelevisaUnivisión en donde la escuadra de Javier Aguirre se llevó el triunfo.
Así como la Selección Mexicana se llevó la Copa de Oro, la empresa que dirige Daniel Alegre se anotó el gane con los derechos exclusivos de transmisión. Gol.
Mexicana, aviones nuevecitos… ¿a revisión?. No lo ande diciendo muy fuerte, pero suena que los nuevecitos jets Embraer E-2 de Mexicana de Aviación tendrán que ir a revisar a la brevedad sus motores PW1100G-JM de Pratt & Whitney dados los riesgos de corrosión y grietas en sus componentes por fallas de origen. En la paraestatal, que lleva Leobardo Ávila, se dicen confiados porque los motores de sus aviones provienen de un lote que no tiene que ir a las revisiones ordenadas por el fabricante.
Habrá que ver.

