Morena y sus aliados buscan que se haga una nueva reforma electoral. Proponen eliminar a los senadores y diputados plurinominales para reducir el número de legisladores. Dicen que para “ahorrar” y que haya “menos burocracia”.
La realidad es que eliminar a los plurinominales y proponer que solamente haya diputados y senadores que tienen un escaño por voto directo le da una gran ventaja a Morena y sus aliados. Ellos hoy tienen toda la fuerza del Estado para poder apoyar a sus candidatos.
Esta iniciativa no es nueva, se está planeando desde el sexenio anterior, con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Magnicharters, de pena
Esta reforma propone también modificar la estructura del INE y los OPLE, es decir, bajarle el presupuesto al INE y desaparecer los organismos electorales locales. Y que los consejeros y mandatarios sean elegidos por el voto popular.
Imagínese nada más, lo que buscan Morena y sus aliados es centralizar todavía más los procesos electorales en el ámbito federal.
Estamos regresando a los años en los que el PRI controlaba todo, no había alternancia de partidos ni existía la representación de las minorías en el Congreso.
Estamos hablando de un partido que no permitió la alternancia en 71 años. Un partido con el que había elecciones, como en la que llegó a la Presidencia José López Portillo, con un solo candidato, sí, nadie más participó en esa elección.
Un partido que estuvo en el poder desde 1929 hasta el año 2000. Más específicamente, el PRI, incluyendo a sus predecesores, PNR (Partido Nacional Revolucionario) y PRM (Partido de la Revolución Mexicana), mantuvo el poder desde el gobierno de Plutarco Elías Calles hasta el final del mandato de Ernesto Zedillo.
Y en ese 1977 se hizo la llamada “reforma política” de José López Portillo, que se da precisamente tras el asombro de la ciudadanía al haber sido candidato único. Ahí es cuando se introducen los plurinominales, con el fin de poder garantizar la representación proporcional de minorías políticas.
En esos años fue Jesús Reyes Heroles, el secretario de Gobernación de López Portillo, quien promovió una reforma electoral que permitiera una mayor representatividad a todos aquellos que se encontraban fuera del partido hegemónico en ese momento: el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
SIN CONTRAPESOS

Una década antes, en 1960, el PRI ganaba todas las elecciones y siempre tenía mayoría en el Congreso sin ningún contrapeso que pudiera señalar o cuestionar las reformas que eran aprobadas, por ello, Reyes Heroles planteó la creación de los plurinominales que ayudaran a los otros partidos políticos a tener una representación, aunque no ganaran los comicios.
La propuesta de Reyes Heroles resultó muy favorable para la democracia mexicana. Por primera vez la ciudadanía en México podía escoger a sus gobernantes, si bien antes había elecciones, éstas eran controladas por un partido único.
Las cosas que se han dado para que haya democracia en México son muchas. Hasta 1990 el Gobierno federal controlaba las elecciones desde la Secretaría de Gobernación.
¿Cómo olvidar cuando en 1988, Manuel Bartlett Díaz, siendo secretario de Gobernación, y al ver que Cuauhtémoc Cárdenas tenía la ventaja en el conteo electoral, se apagó el sistema y llegó Carlos Salinas?
Bartlett alegó que se trató de una saturación del sistema y negó haber manipulado los resultados. Lo cierto es que al volver el sistema, ya el candidato del PRI tenía la ventaja.
Y esa Secretaría de Gobernación no sólo organizaba las elecciones, sino que tenía control directo sobre los contenidos de radio y televisión.
Si por ejemplo, Jacobo Zabludovsky daba una noticia en la que no estaba de acuerdo con el gobierno, lo multaban. Cualquier locutor que dijera algo con lo que no estaba de acuerdo en el poder, lo podían desde multar hasta retirarlo de su espacio.
No fue sino hasta los años 90 y los 2000 que se creó un instituto electoral independiente como fue antes el IFE, ahora INE, y apenas hasta esas fechas la Secretaría de Gobernación dejó de tener ese control sobre los medios de comunicación.
Pese a las décadas de lucha por darle un mayor peso a las minorías, hoy Morena busca regresar casi 50 años en el tiempo y convertirse en el partido hegemónico que tenga el control absoluto de las curules y los escaños, y no sólo eso, con la reforma electoral que enviará al Congreso busca tener el control del INE y los fondos de los partidos políticos, con lo cual prácticamente deja inexistente a la oposición.
La realidad es que muchos de los personajes que hoy están en el poder, desde la Presidenta Sheinbaum, iniciaron su carrera política desde la oposición, al igual que López Obrador.
Si bien desde el año 2000 ha habido alternancia en el sistema político del país, después de casi 80 años de un poder casi hegemónico, hoy eso podría cambiar.
Por eso se tiene que conocer la historia. Quienes nacieron después de ese año 2000, la gran mayoría da por hecho que puede ganar el candidato por el cual ellos votaron. Eso se puede acabar.
Morena ha quitado todo lo que le genere un contrapeso, desde los organismos autónomos, el Poder Judicial y ahora, busca no tener ningún control en el Congreso.
Hoy, esta reforma disfrazada de un “ahorro económico” para el país le va a costar a México su democracia, regresaremos al México de un solo partido.

