LA VIDA DE LAS EMOCIONES

Un diario desordenado de duelo

Valeria Villa<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Valeria Villa*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Me topé con el libro de Ivan Chausovsky, Amar es arder en preguntas y lo leí de corrido de principio a fin. Me encanta que es un diario desordenado que pasa del día 1 al 384 y luego al 118, enfatizando la discontinuidad de lo que se siente cuando un amor termina. Ese duelo que a veces parece hecho y que luego vuelve a doler como si fuera el primer día sin esa persona que éramos junto al otro que ya no está. El libro es sobre el duelo amoroso y tiene varias cualidades: es entretenido, tiene su dosis de poesía y juega con las palabras, no es aleccionador ni contiene ninguna fórmula para atravesar el dolor.

Debo decir que se lo recomendé a un paciente, porque aunque la ortodoxia diga que eso no se hace, creo que depende de qué libro y a qué paciente. Mi paciente, igual que Ivan, terminó una relación amorosa recientemente. Dice que el texto lo ha hecho sentirse menos solo, menos absurdo y menos tonto en su sufrimiento. Qué afortunado que a veces la escritura pueda hacer eso por alguien: acompañarlo.

Encontré muchas ideas interesantes en este libro, aquí van algunas:

“Ayer me llamó mi hermano mayor, el único que tengo, pero en una actitud absoluta de hermano mayor. Fue abrumador. Me dijo todo lo que tengo y no tengo que hacer. No me dijo nada que no sepa, pero son cosas que no sé hacer. Ir lento, no hacer nada, ¡qué fácil decirlo! No tener necesidad de salir corriendo a dos fiestas, a drogarse, a coleccionar pubes, debe ser parecido a las ideas de las seis de la mañana. Es fácil pero no me sale”.

“Sería bueno repensar cómo estamos adoctrinados para potenciarnos individualmente. Aunque haya ciertos discursos que apuntan justamente al sálvese quien pueda, la interdependencia es ineliminable (…) no creo que se trate de aprender a estar solos, yo quiero aprender a estar con otrxs. Sanar es en compañía”.

“Es muy angustiante experimentar los límites del otrx, pero no hay otra forma de hacer pareja que la des-idealización, aceptar que el otro es otro y nunca será como uno quiere, imagina o desea”.

“Ayer un amigo decía ya me curé de tal, como si el amor fuese enloquecedor. Es posible que lo sea cuando se vive de manera mortífera. También escuché ya no quiero a nadie, prefiero andar solx y no sufrir tanto. El debate es si estamos dispuestxs a sufrir o no por amor”.

“Quien entierre un dolor cultivará, mínimamente, melancolía o tres otoños. Quien cultive una crisis cosechará, al menos, sorpresa o una primavera”.

“De todo se sale, hay salida. Quizás lleva tiempo. Hay proyectos de cocción lenta. Es un aprendizaje que hoy día es importante, ya que vivimos en momentos de inmediatez. Hay procesos más largos. Hay que poder tolerar en tiempo real nuestras catástrofes, sostiene la psicoanalista argentina Débora Tajer”.

“Necesito un transplante de ánimo o un donante de ganas”.

“El amor produce la idea de que el otro no se equivoca. En el estado de melancolía lo patológico es el modo en que unx se trata a unx mismx. En el ataque melancólico las ideas se vuelven hiperseveras, uno se denigra, se maltrata, se reprocha y se condena”(…) dice Roland Barthes: “A veces le parece al sujeto amoroso que está poseído por un demonio de lenguaje que lo impulsa a herirse a sí mismo...”.

“El presente es impronunciable. Esa gente que pretende analizar objetivamente todas las cosas mientras están sucediendo peca de una arrogancia extrema. ¿Quién puede relatar un derrumbe? ¡Ahí va cayendo un escombro! ¡Mirá los fierros volando! ¡Todo se llena de polvo!”.

“No llegó ningún WhatsApp y supe inmediatamente que era tuyo”.

“Siempre exageramos las felicidades perdidas”.

“La experiencia es un peine que obtenemos cuando ya nos quedamos pelados”.

“Pero para confiar hay que estar dispuesto a perder. La confianza es sin garantías, es un salto riesgoso. En la vida hay que estar más que dispuesto a perder, hay que estar directamente perdido”.

“Cuánta paz nos permitimos cuando el error deja de ser un problema. No seamos los policías de nuestra vida, porque podemos ser la fuerza que nos libera y potencia”.

“Siempre hay una posibilidad de volver a empezar cuando se ha perdido todo”.

“Odié el mundial. No pude festejarlo. Caminé por Triunvirato hasta Corrientes y volví a brindar con llanto en mi cama. El mundial, navidad, año nuevo, el verano, cuando el contexto invita y casi obliga al festejo se hace mucho más complejo para quienes no tienen la posibilidad emocional de hacerlo. La tristeza es más triste en verano que en invierno”.

“El milagro del amor es ubicarse en la posición deseante. Ser deseado es vanidad para el ego y enredos para el alma”.

Valeria VillaUn diario desordenado de duelo

Temas: