DESDE EUROPA

Arriesgar la vida a cambio de likes

Héctor Badillo. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

La muerte del “streamer” francés de 46 años, Raphaël Graven, muestra una realidad escalofriante dentro del mundo digital, en donde personas de todas las edades se ponen en riesgo para ganar visualizaciones y recompensas monetarias.

Un streamer es un creador de contenido que realiza transmisiones de video en vivo a través de plataformas digitales como Youtube Live, Twitch o Kick, e interactúa con sus seguidores en tiempo real por medio de chats y otras funciones.

Dentro de estas plataformas, los usuarios pueden enviar donaciones y es este aliciente lo que hace más atractivo el conseguir el mayor número de espectadores y mantener a la audiencia durante toda la transmisión, promoviendo su participación activa dentro de la plataforma digital.

Hay todo tipo de temáticas que utilizan los creadores de contenido para atraer a su audiencia, desde videojuegos, mostrar lugares turísticos, realizar tutoriales, transmitir eventos musicales y deportivos hasta lectura de horóscopos, inspección de inmuebles abandonados y videos de la vida cotidiana.

Debajo de estos contenidos digitales de entretenimiento hay un submundo escalofriante que destapó la muerte del francés Raphaël Graven, conocido en la web como Jean Pormanove. El streaemer falleció el 18 agosto, durante una transmisión en vivo en la plataforma Kick, bajo la mirada de miles de personas y tras 12 días de actos violentos, vejatorios y humillantes al que fue sometido.

La muerte del francés solo forma parte de un sinfín de actividades violentas, denigrantes, peligrosas e ilegales que suceden en las plataformas digitales, bajo el arropo del anonimato de los usuarios que utilizan estos espacios en internet.

Que es lo que lleva a estas personas a arriesgar la vida. La popularidad y fama efímeras de las redes sociales, la sensación de pertenencia a un género digital, el reconocimiento de sus actos arriesgados o simplemente la avaricia por generar ganancias monetarias sin necesidad de alguna gran inversión.

Igual de preocupante son los espectadores de este tipo de contenidos violentos. Que pasa por sus cabezas para alentar la violencia en directo. Fueron 10 mil personas las que presenciaron la muerte del streamer, según información de medios franceses. Raphael Graven figuraba en el top 10 de creadores de contenido de la plataforma Kick, por debajo de canales en español e inglés.

El morbo y la curiosidad por ver como maltrataban a un hombre terminó cuando el francés perdió la vida en directo. La pasividad de la sociedad ante actos de injusticia resulta escalofriante para cualquiera.

La falta de regulación y la censura de contenidos violentos que deberían tener las plataformas de transmisión en vivo alimentan este tipo de contenidos. Personas que se ponen en riesgo para ganar “likes”, para ser los más vistos, aumentar el número de seguidores y obtener recompensas monetarias a cambio de su esencia humana.

Temas: