DESDE LAS CLOACAS

Y de los sobres, ni Pío

El Duende. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Una vez más, fuimos testigos de cómo se las gasta el gobierno cuando de defender a los suyos se trata. Nos tocó presenciar una maroma de primerísimo nivel y con alto grado de dificultad.

Si bien ya sabemos que a los funcionarios, colaboradores, aplaudidores y cercanos a la 4T un halo de impunidad los cubre con su manto, lo que voy a contarle supera con creces la definición de cinismo.

El pasado jueves, en el Instituto Nacional Electoral, se llevó a cabo un polémico debate sobre el caso de Pío López Obrador, hermano del expresidente Andrés Manuel López Obrador, por haber recibido dinero en efectivo de manos de David León, que en aquel momento fungía como operador político del PVEM. Dinero que, dicho por el propio Pío, iba para su hermano y Morena.

Fue en agosto de 2020 cuando Carlos Loret de Mola, en su programa de Latinus, dio a conocer los videos donde Pío recibía sobres amarillos con cash, el cual anotaba en una carpeta para llevar un orden de lo que se iba juntando.

Curiosamente, a esa carpeta le decían “la Biblia”, ¡hágame el fabrón cavor! Por cierto, el dinero era para apoyar la campaña presidencial del tabasqueño de 2018.

De inmediato y ante la flagrante evidencia, AMLO tuvo que salir a decir en su conferencia mañanera que toda esa lana que recibía su hermano sólo eran “aportaciones para el movimiento”, cosa que desató la risa y la indignación entre la opinión pública por el descaro con el que le quiso dar la vuelta al tema.

Cabe recordar que en su momento este hecho le costó la chamba al propio David León, quien al darse a conocer el reportaje de Latinus se desempeñaba como titular de Protección Civil en el gobierno obradorista, y que aspiraba a dirigir Birmex, la empresa de distribución de medicamentos del Gobierno federal.

Pues, aunque usted no lo crea, el INE resolvió que no encontró elementos para acreditar el financiamiento ilícito de campañas electorales en favor de Morena, esto a pesar de que ese dinero era un recurso directo y no reportado para favorecer al partido guinda y, por si algo faltara, se realizaba de manera constante.

Como Pilato, los consejeros del INE se lavaron las manos y argumentaron que no existían suficientes pruebas, ni registros o facturas para poder sancionar el hecho y ya que la investigación de la Fiscalía falló, ello no pudo hacer más.

Cual monumento a la impunidad, el Consejo General del INE determinó cerrar definitivamente el caso en contra de Pío López Obrador y dar carpetazo a uno de los escándalos de corrupción más conocidos del sexenio pasado.

En su conferencia mañanera, la Presidenta Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre la exoneración del INE a Pío y a Morena, a lo que se limitó a contestar que el órgano electoral tomó su decisión y que ella no tenía nada que opinar.

Querido lector, para que usted dimensione el tamaño de lo que sucedió, en lugar de que el protagonista del escándalo —Pío López Obrador— fuera llamado a declarar para asumir la responsabilidad de los hechos y aclarar toda la situación, quien tuvo que acudir a los juzgados fue el periodista que lo exhibió.

Sí, así como lo lee, quien dio a conocer estos actos de corrupción fue al que sentaron en el banquillo de los acusados. Sin palabras…

Como decía la abuela Dondinéa: El único pecado mortal que conozco, es el cinismo.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeeee!!!

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