› El dirigente del PRI acusa al presidente de la Cámara alta de faltar de forma recurrente a acuerdos; su modus operandi es amedrentar, provocar y presionar a otros legisladores, añade; señala “montaje” de Morena
El Senado de la República vivió esta semana uno de sus episodios más tensos en los últimos tiempos. En medio de un debate político, los ánimos se desbordaron cuando el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, protagonizó un enfrentamiento con Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado. Lo que parecía un cruce verbal terminó en empujones, gritos y acusaciones mutuas, mientras legisladores de distintos partidos intentaban contener la trifulca.
El origen de la confrontación se encuentra en una serie de provocaciones acumuladas, según denuncia Moreno. Señala que Fernández Noroña ha mantenido una actitud hostil desde hace meses: ofensas a legisladoras, amenazas públicas a diputados de oposición, revelación de domicilios de periodistas y una conducta que —afirma— erosiona el diálogo democrático.

Magnicharters, de pena
El incidente en el Senado, asegura el priista, no fue un hecho aislado, sino la culminación de un ambiente de confrontación alimentado desde la presidencia de la mesa directiva.
Lo ocurrido no sólo exhibe el nivel de crispación en la política mexicana, sino que, además, ocurre en un contexto internacional delicado: las negociaciones de seguridad con Estados Unidos y la inminente visita del secretario de Estado de ese país, Marco Rubio, a México.
Esta semana platicamos con Alejandro Moreno Cárdenas (AMC), dirigente del PRI y senador de la República, para que nos cuente qué y cómo fue lo que sucedió previo y durante el enfrentamiento que se dio con Gerardo Fernández Noroña.

AMC: Esto llegó al extremo por la actitud de Morena y, en particular, por este cobarde, cínico y patán de Gerardo Fernández Noroña. Ha generado un ambiente hostil: ahí están los videos de las sesiones públicas. Ofendió y faltó al respeto a una mujer, la senadora Lilly Téllez. Luego, amenazó al diputado Federico Döring diciéndole: “Aquí estoy, nos vemos donde quieras”. Ése ha sido su modus operandi: amedrentar, provocar y presionar a otros legisladores.
Bibiana Belsasso (BB): Hazme una crónica de lo que pasó. ¿Ya había habido altercados previos?
AMC: Sí. Había un acuerdo en la mesa directiva para debatir temas de agenda política. Él mintió diciendo que el PRI apoyaba cosas que no son ciertas. Siempre hemos defendido la soberanía, la no intervención y la solución pacífica de los conflictos. A pesar del acuerdo, levantó la sesión de manera arbitraria. Yo bajé al pleno, esperé a que terminara el Himno Nacional y le reclamé que no podía incumplir lo pactado. En ese momento me empujó; luego, un porro que trabaja con él también se metió y hubo empujones. Él salió corriendo, como lo que es: un cobarde.
BB: Incluso, vimos a Dolores Padierna tratando de calmar la situación.
AMC: Exacto. Pero más allá del incidente, hay que ver el mensaje que manda. México vive un momento delicado en su sistema democrático. Estamos en plena negociación con Estados Unidos, nuestro principal socio, sobre temas de seguridad hemisférica. Y Noroña, presidente del Senado, sube fotos con Nicolás Maduro, señalado como narcodictador y con una recompensa de 50 millones de dólares por parte de Estados Unidos. Hace unas semanas también subió una foto con Manuel Bartlett, señalado en investigaciones por el asesinato del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena. ¿Qué mensaje mandan al exterior?, justo cuando se anuncia la visita del secretario Marco Rubio, un experto en seguridad y política regional.
BB: Se dice que Rubio llegará el 2 de septiembre. Pero quiero regresar al tema personal: ¿qué fue lo que te provocó ya a enfrentarte a Gerardo Fernández Noroña?
AMC: Su actitud recurrente. Es intolerante, incumple acuerdos y pretende manejar el Senado a su antojo. Pero hay algo más grave: hace unos días reveló públicamente el domicilio de una periodista, Azucena Uresti, poniendo en riesgo su vida. Ha hostigado también a Ciro Gómez Leyva, a Héctor de Mauleón, y hasta llevó ciudadanos al Senado a exigir disculpas. Eso cruza cualquier límite.
BB: También lo vimos interrumpiendo a tus compañeros legisladores, apagándoles el micrófono como presidente del Senado.
AMC: Sí. Con nosotros no lo va a lograr. No vamos a permitir que México sea Venezuela. Eso ya está empezando a ocurrir: han destruido instituciones, cambiado la Constitución a modo y pactado con el crimen organizado.
BB: Hablas de persecución política. Incluso han intentado desaforarte.
AMC: Así es. Pero hace unas semanas un tribunal colegiado ordenó archivar el juicio de procedencia, es decir, el desafuero. También dictaminó que todo mi patrimonio es lícito. Se cayó la narrativa de acusaciones ilegales que fabricaron contra mí. Sin embargo, la Fiscalía de Campeche dice que, aunque se archive un caso, abrirán otro. Es persecución política descarada.
BB: Vimos que, en medio de los empujones, un ayudante de Fernández Noroña fue golpeado y casi de inmediato llegó el Ministerio Público.
AMC: Fue un montaje. Tres minutos después ya estaban los médicos y el Ministerio Público. Y a los pocos minutos, el supuesto lesionado salió sin collarín, caminando y hablando por teléfono. Un espectáculo armado por Morena.
BB: ¿Qué pasó con la denuncia por lesiones?
AMC: La tendrán que atender, igual que las denuncias que yo he presentado ante la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Gobernación. No vamos a permitir este abuso de poder.
BB: ¿Cómo llegó tan rápido un Ministerio Público para levantar una denuncia como ocurrió en el Senado tras el pleito?
AMC: Es un exceso y un abuso de poder. Pero nosotros seguiremos firmes: vamos a defender la democracia y las libertades.

