VIÑETAS LATINOAMERICANAS

Maduro agradece a Trump

Rafael Rojas. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

La historia de la larga Guerra Fría en el Caribe ofrece lecciones para hoy. Una de ellas, derivada fundamentalmente de la experiencia cubana, es que las amenazas de invasión militar por parte de Estados Unidos fortalecen a regímenes políticos con falta de legitimidad democrática. Nicolás Maduro es consciente de esa paradoja y la explota con guiños muy bien calculados a Donald Trump.

Desde las elecciones del año pasado, Maduro no vivía tanto protagonismo mediático y aprobación regional. Hoy resulta cada vez más lejano aquel momento en que importantes gobiernos de izquierda en América Latina, como los de Lula da Silva en Brasil, Andrés Manuel López Obrador en México y Gustavo Petro en Colombia, exigían a Caracas que mostrase las actas del escrutinio en que supuestamente Maduro había vencido a Edmundo González.

Hace exactamente un año, el posicionamiento común de Lula, AMLO y Petro llegó a producir dos declaraciones conjuntas. En ellas, los tres mandatarios señalaban que “el principio fundamental de la soberanía popular debía ser respetado mediante la verificación imparcial de los resultados electorales”. La tensión de aquel momento llevó a que el gobierno de Maduro desautorizase el reclamo de sus pares y desoyera el llamado a ofrecer evidencias de su reelección.

Hoy la situación ha cambiado radicalmente y los gobiernos de Lula, Petro y Claudia Sheinbaum son los primeros en exigir que Estados Unidos detenga el despliegue militar en el Caribe. El canciller brasileño Mauro Vieira ha sostenido en días recientes que Estados Unidos debe desistir de la amenaza de uso de la fuerza frente a las costas de Venezuela, aun cuando dicha amenaza esté estrictamente dirigida a la guerra contra el narcotráfico y no en función de un derrocamiento de Maduro.

Hace unos días, el canciller Vieira conversó con su homólogo venezolano, Yvan Gil, y ambos coincidieron en la importancia de que el tema fuera tratado en una reunión de ministros de exteriores de la Celac, convocada por el gobierno de Gustavo Petro, quien ejerce la presidencia protémpore de ese foro. A la reunión de cancilleres tal vez siga una de presidentes, tal y como está demandando en estos días el propio Maduro.

Si ambas reuniones se concretan, uno de los efectos de la presión militar de Trump contra Venezuela habría sido el reforzamiento de la legitimidad de Maduro frente a la comunidad latinoamericana. Todavía en los primeros meses de este año, cuando el vicepresidente brasileño Geraldo Alckmin recordaba que Brasil no reconocía el triunfo electoral de Maduro, estas iniciativas diplomáticas eran inconcebibles.

Maduro paga el favor de Trump elogiando al presidente de Estados Unidos, dando por bueno su deseo de paz mundial, mientras descalifica a su secretario de Estado, Marco Rubio. Por lo pronto, en las próximas semanas seguiremos viendo la frenética capitalización de la amenaza militar por parte del gobierno venezolano y sus aliados regionales.

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