PESOS Y CONTRAPESOS

De los empresarios (5/5)

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Los empresarios, cuya tarea esencial, la que los define como tales, es producir y ofrecer bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades de los consumidores, son la causa eficiente del progreso económico, definido como la capacidad para producir más (dimensión cuantitativa, relacionada con el crecimiento de la economía, que se mide con la producción de satisfactores), y mejores (dimensión cualitativa, relacionada con lo que Schumpeter llamó el proceso de destrucción creativa, por el cual, en los mercados, por el lado de la oferta, lo bueno sustituye a lo malo, lo mejor a lo bueno, y lo excelente a lo mejor, en un proceso de mejora que parece no tener fin), para un mayor número de gente (dimensión social, relacionada con el fin de la economía, que es que más gente viva mejor).

Para que los empresarios desempeñen de la mejor manera posible esa tarea, la de ser la causa eficiente del progreso económico, deben encontrar las condiciones necesarias y suficientes para invertir directamente en la producción de bienes y servicios, en la creación de empleos, en la generación de ingresos, algo que en México no encuentran, tal y como lo muestran los datos de la inversión directa, medida por el comportamiento de la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo que, por proporcionar la infraestructura física necesaria (equipo, maquinaria, instalaciones), para producir bienes y servicios, es un buen indicador de la inversión directa.

En términos anuales, comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, a junio sumamos 10 meses consecutivos de crecimiento negativo de la inversión en instalaciones, maquinaria y equipo, menos 5.02% en promedio: el menor, menos 1.1% en noviembre pasado; el mayor, menos 7.7% en abril pasado. Durante el primer semestre de 2024 creció, en promedio mensual, 9.02%. A lo largo del primero de 2025 decreció 6.35%.

En términos anuales, a junio, sumamos 13 meses consecutivos de crecimiento negativo de la inversión en construcción no residencial (fabricas, bodegas, centros comerciales, oficinas, etc.), menos 12.36% en promedio: el menor, menos 0.2% en julio de 2024; el mayor, menos 17.3% en diciembre pasado. A lo largo del primer semestre de 2024 creció 15.56%. Durante el primero de 2025 decreció 15.25%.

Por último, también en términos anuales, a junio, sumamos 6 meses consecutivos de crecimiento negativo de la inversión en maquinaria y equipo, menos 7.58% en promedio: enero, menos 2.7%; febrero, menos 6.6%; marzo, menos 7.8%; abril, menos 9.1%; mayo, menos 7.9%; junio, menos 11.4%, la mayor caída en lo que va del año. Durante el primer semestre de 2024 creció, en promedio mensual, 5.33%. A lo largo del primero de 2025 decreció 7.58%.

¿Qué revelan estas cifras relacionadas con la inversión directa? La falta de confianza de los empresarios para invertir directamente en el país, para producir bienes y servicios, con los que satisfacemos nuestras necesidades, producción con la que se mide el crecimiento de la economía; para crear empleos, ya que para producir alguien debe trabajar; para generar ingresos, ya que a quien trabaja se le paga por hacerlo; empleos e ingresos que son condiciones del bienestar, que es el fin de la economía.

¿Será que, como dijo la presidenta, vamos bien e iremos mejor? Algunos datos indican lo contrario.

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