LA VIDA DE LAS EMOCIONES

La salud mental del mundo

Valeria Villa<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Valeria Villa*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

La Organización Mundial de la Salud informó que más de mil millones de personas experimentan algún problema de salud mental en todo el mundo, una cifra récord alcanzada entre los años 2011 y 2021. El informe “La salud mental mundial hoy” se publicó el martes 9 de septiembre junto con el “Atlas de Salud Mental”, exhortando con urgencia a los países a tomar medidas para protegerla y promoverla.

El presupuesto para salud mental es de sólo dos por ciento del presupuesto de salud en la mayoría de los países; tan sólo 13 profesionales de la salud mental por 100 mil habitantes, globalmente; se gastan 65 dólares por persona en los países ricos y menos de 1 dólar en los países pobres.

El director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus considera que transformar los servicios de salud mental es uno de los mayores retos de salud pública. “Invertir en salud mental significa invertir en personas, comunidades y economías, una inversión que ningún país puede darse el lujo de no hacer. Cada gobierno y cada jefe de Estado tiene la responsabilidad de actuar con urgencia para asegurar que el cuidado de la salud mental no se trate como un privilegio sino como un derecho básico para todos”.

El reporte muestra un impacto desproporcionado en las mujeres. Ansiedad y depresión son las enfermedades más comunes entre hombres y mujeres.

El suicidio sigue siendo un problema devastador: 727 mil vidas perdidas sólo en 2021 y es la principal causa de muerte entre los jóvenes de todos los países y de todos los contextos socioeconómicos.

Menos del 10 por ciento de los países ha hecho una transición completa a un modelo de cuidado comunitario. En la mayoría de las naciones el cuidado de los pacientes sigue haciéndose en los hospitales psiquiátricos.

La promoción de la salud mental debe incluir programas de prevención desde la primera infancia, así como programas de prevención del suicidio.

En México las personas con algún diagnóstico de enfermedad mental o que tienen un familiar con algún padecimiento como demencia, depresión, ansiedad, autismo y episodios psicóticos entre otros, deben decidir entre endeudarse para tener la atención médica adecuada o aprender a sobrevivir sin ella.

De acuerdo al IMSS, 60 por ciento decide lo segundo, pero la Asociación de Investigación farmacéutica (AMIIF) reporta un número más grave: según sus datos sólo 20 por ciento de los mexicanos con alguna enfermedad mental recibe atención médica.

Los costos de la atención psiquiátrica y terapéutica son elevados e imposibles de pagar para alguien que gana el salario mínimo (278 pesos diarios); la demanda es alta y el personal especializado poco. En México hay 1 psiquiatra por cada 100 mil habitantes y entre 6 y 7 psicoterapeutas por 100 mil habitantes.

Tratar de conseguir la medicina psiquiátrica es otro problema. Los medicamentos de patente son caros, pero el sector público no es opción por el desabasto de medicamentos y la falta de personal especializado.

México destina alrededor del 1.3 por ciento del presupuesto total de salud a la salud mental, muy debajo del cinco por ciento que recomienda la OMS. Desde la pandemia, el diagnóstico de ansiedad y depresión aumentó, así como el consumo de medicamentos psiquiátricos. De acuerdo al Inegi, alrededor de 35 millones de personas experimentaron un episodio depresivo. El grupo más afectado es el de hombres y mujeres entre 30 y 49 años.

Existen instituciones privadas, como la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM), la Asociación Mexicana de Psicoanálisis de Grupo (AMPAG), la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM), el Instituto de la Familia (IFAC), el Instituto Latinoamericano de estudios sobre la Familia (ILEF), entre muchas otras, que tienen atención a pacientes con precios accesibles. La posibilidad de consultas psiquiátricas y terapéuticas a distancia también es otra alternativa a la gran crisis de atención a la salud mental.

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