PESOS Y CONTRAPESOS

Revisión del T-MEC (2/2)

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

El libre comercio, y por lo tanto los tratados de libre comercio, y se supone que el T-MEC lo es, deben estar a favor de los consumidores, no de los productores. El T-MEC, ¿lo está?

Hay verdadero libre comercio, no comercio menos intervenido por el gobierno, en los países en los cuales son los consumidores, sin ninguna intervención del gobierno, quienes, comprando o dejando de comprar, determinan la composición (el qué), y el monto (el cuánto), de las importaciones, de tal manera que se importa lo que los consumidores compran y en las cantidades que compran, lo cual es económicamente eficaz (se reduce lo más posible la escasez y se eleva lo más posible el bienestar), y éticamente justo (se respeta el derecho a la libertad individual de los compradores nacionales para establecer relaciones comerciales con vendedores extranjeros como más les convenga).

Para lograr el verdadero libre comercio lo único que se necesita es que el gobierno elimine, de manera unilateral, las prohibiciones y limitaciones a las importaciones. Así de fácil, pese a lo cual resulta por demás difícil, de entrada, por las presiones que los productores nacionales ejercen sobre el gobierno para que, prohibiendo o limitando las importaciones, los siga protegiendo de la competencia de las importaciones.

Los tratados de “libre” comercio, como el T-MEC, son el resultado de las negociaciones entre gobiernos: si dejas (quitas) esta barrera a la importación yo dejo (quito) esta otra; si quitas (dejas) esta cuota de importación yo quito (dejo) esta otra; si pones (no pones) este arancel a las importaciones yo pongo (no pongo) este otro; si quitas (pones) este permiso a las importaciones yo quito (pongo) este otro. ¿Resultado? En el mejor de los casos un comercio internacional menos intervenido por los gobiernos negociantes, pero de ninguna manera el verdadero libre comercio, resultado de la decisión unilateral de cada gobierno, no negociada con otros gobiernos, de eliminar prohibiciones y limitaciones a las importaciones.

La revisión del T-MEC debe dar como resultado un avance decidido a favor del verdadero libre comercio. Debe dar como resultado la eliminación de barreras a las importaciones, desde prohibiciones, pasando por permisos y cuotas, hasta aranceles. Debe dar como resultado el respeto dels derecho a la libertad individual para que mexicanos, estadounidenses y canadienses establezcamos relaciones comerciales entre nosotros como más nos convenga, sin ninguna intervención del gobierno, cuyo papel debe ser garantizar los derechos de la partes involucradas en ese comercio, no prohibirlo, condicionarlo o limitarlo.

La revisión del T-MEC debe dar como resultado un avance decidido a favor del verdadero libre comercio, que es a favor del bienestar de los consumidores, no de la rentabilidad de las empresas, ganancias empresariales que se justifican, éticamente, si los empresarios las obtienen en mercados lo más competidos posible, para lo cual se requiere del verdadero libre comercio, no del “libre” comercio resultado de los tratados de “libre” comercio.

¿Cuál será el resultado de la revisión (que en una de esas se vuelve renegociación), del T-MEC? ¿Se avanzará hacia el verdadero libre comercio? ¿Se retrocederá hacia un comercio más intervenido por los gobiernos? ¿Se extinguirá?

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