VIÑETAS LATINOAMERICANAS

Constitución y militarismo en Ecuador

Rafael Rojas. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Rafael Rojas. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

El giro militarista que se vive en América Latina y el Caribe, por la izquierda o la derecha, transita por dos vías: la del Estado de excepción, como sucede en El Salvador bajo el gobierno de Nayib Bukele, o la ruta constituyente, que trata de impulsar Daniel Noboa en Ecuador. A pesar de haber evitado, hasta ahora, una revocación de la Constitución de 2008, promovida por la llamada “Revolución Ciudadana” de Rafael Correa, Noboa impulsa un cambio constitucional que facilite la remilitarización.

El gobierno de Correa puso fin a la colaboración militar con Estados Unidos con el cierre de la base aérea de Manta en 2009. Noboa está promoviendo una reactivación de los protocolos de intercambio militar con Washington, como pudo verse en la reciente gira del secretario de Estado, Marco Rubio, por México y Ecuador. La reapertura de bases militares de Estados Unidos en ese país, con el fin de hostilizar al narcotráfico, es una de las motivaciones del cambio constitucional, pero también hay otras.

La militarización transversal en América Latina se manifiesta por medio de aumentos evidentes en los presupuestos y gastos de defensa. Sin embargo, también se expresa de manera orgánica en el desplazamiento de las policías por los ejércitos y las marinas en las labores de seguridad, especialmente aquellas relacionadas con las pandillas urbanas, los cárteles de la droga y las tensiones migratorias y fronterizas.

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No habría que descartar que el proyecto constituyente promovido por Noboa afecte esas áreas, así como las vinculadas con los derechos civiles y las garantías constitucionales. Por lo pronto, la iniciativa constituyente del gobierno cuenta con la mayoría oficialista en el parlamento, pero no con la decisiva aprobación de la Corte Constitucional de Ecuador. El presidente quiere someter a consulta popular la instalación de una Asamblea Constituyente, pero la Corte argumenta que para ello requiere del consentimiento del supremo árbitro constitucional.

De continuar esta disputa, semejante a otras que hemos visto en diversos países latinoamericanos, gobernados por la izquierda o la derecha, muy probablemente el liderazgo carismático de Noboa se consolide. El nuevo proyecto constituyente podría, incluso, incorporar elementos contrarios a la independencia del poder judicial y la soberanía del supremo constitucional. El tono que usa Noboa contra los magistrados es cada vez más agresivo, al punto de tratarlos como “enemigos del pueblo”.

El presidente propuso la convocatoria al referéndum de manera directa al Consejo Electoral, sin contar con el aval de la Corte Constitucional, porque conocía el rechazo de este cuerpo a la reconfiguración del Estado prevista en el nuevo proyecto constituyente. Aunque no se conocen los detalles de éste, parece claro que Noboa piensa que el actual diseño institucional de Ecuador no garantiza la seguridad nacional y el combate al crimen organizado.

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Javier Solórzano Zinser. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón