Hace 70 años apareció el primer número de Diánoia. Eduardo Nicol fue el primer director del anuario. En su presentación del primer número, él afirmó que el propósito principal de la publicación era dar a conocer los trabajos de los investigadores del Centro de Estudios Filosóficos de la UNAM y de las investigaciones que se llevaban a cabo dentro de los seminarios de la Facultad de Filosofía y Letras.
En una segunda sección, el anuario publicaría estudios monográficos de “toda índole y procedencia”. Sin embargo, aclaraba que habrían de tener en común con los artículos de la primera sección que tuvieran el carácter de “investigaciones rigurosas y no el de ensayos más libres o literarios”.
Nicol explicaba este requisito de la siguiente manera: “El nivel que ha alcanzado la filosofía en México, y en la comunidad de los países de habla castellana, es suficiente ya para crear las condiciones de posibilidad de un nuevo estilo propio de la investigación científica”. Nicol señalaba que en nuestros países había predominado el cultivo de la filosofía como ideología, cuya forma de expresión ha sido el ensayo. Algunos habían llegado a afirmar —sostiene Nicol— que esta predominancia era resultado de “una peculiar e ingénita conformación de la mente hispánica, por la cual fuera ella incapaz de creación teórica y de rigor científico”. La falsedad de este supuesto se apreciaba —continúa diciendo Nicol— con la constancia de que en nuestros países se había formado un nuevo ambiente filosófico, que no sólo adoptaba un rigor metódico, sino que, además, realizaba una labor teórica propia de la investigación científica. La razón de ser de Diánoia, sostenía Nicol, era brindar su apoyo a esa filosofía científica en lengua española. Decía así: “por primera vez están establecidas las bases —y establecidas precisamente en México— para crear un órgano especializado de filosofía en plan científico y con carácter internacional”. No se trataba, subraya Nicol, de formar una escuela de filosofía, sino de “promover y acreditar un estilo de trabajo”, de formar una comunidad de filósofos con las mismas aspiraciones. El primer número del anuario incluía, además, una parte dedicada a debates y noticas, otra a revista de revistas y, por última, una de reseñas bibliográficas.

Nueva etapa México-Francia
Cualquiera que conozca algo de la concepción de Nicol de la filosofía encontrará en la presentación de Diánoia la huella inconfundible de su pensamiento. No obstante, también debemos tomar en cuenta las coincidencias que hubo entre la concepción de Nicol acerca de la filosofía y la de Eduardo García Máynez, el director fundador del Centro. Ambos pensaban que la filosofía mexicana y, en general, la filosofía en lengua española, podía y debía ser una filosofía rigurosa, metódica, teórica, científica y con carácter internacional. No tenía que limitarse a ser una filosofía ideológica, política, literaria, ensayística y de carácter local como, según ellos, había sido hasta entonces. Este proyecto común de García Máynez y de Nicol le daba su orientación al anuario, por lo que el texto de presentación del primer número se puede entender como un manifiesto filosófico en toda forma. Lo que se ofrece es lo que podemos describir como un ambicioso proyecto modernizador de la filosofía mexicana.
Más allá de cual haya sido la orientación del anuario, es indiscutible que el primer número, el de 1955, tuvo una calidad extraordinaria. Nunca en México alguna publicación periódica había alcanzado ese nivel filosófico. Podría decirse, por lo mismo, que el número 1 de Diánoia marca un antes y un después en la historia del pensamiento mexicano. Lo que resulta evidente en ese volumen fue el hecho de que la filosofía mexicana había alcanzado —ya desde tiempo atrás, aunque ahí se hiciera patente de manera incuestionable—una altura, una calidad, un profesionalismo que todavía hoy en día sigue resultando admirable.
Aunque Nicol se cuidaba de aclarar que Diánoia no nacía como el órgano de una escuela filosófica, resultaba evidente que el anuario, lo mismo que el Centro, marcaba su distancia de varias corrientes filosóficas cultivadas en México, como el historicismo, el perspectivismo, el existencialismo, el materialismo histórico, la filosofía latinoamericana, la filosofía de lo mexicano, la filosofía escolástica y el ensayismo. Éstas y otras exclusiones fueron desapareciendo del anuario con el paso de los años. Desde 2001, Diánoia es una revista semestral de orientación pluralista.

