LAS BATALLAS

El caos de Rocío Nahle

Francisco Reséndiz. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Francisco Reséndiz. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Pese al intento de imponer una narrativa favorable en torno a la desgracia y la devastación provocadas por las lluvias torrenciales en el norte de Veracruz —particularmente en Poza Rica y Álamo—, la gobernadora Rocío Nahle ha fracasado y, en menos de un año, ha marcado su mandato con un sello de incapacidad, indolencia y caos.

Nos narran la desesperación en que ha vivido las últimas horas Nahle y que ésta ha dado como consecuencia: un furioso maltrato a sus colaboradores, ignorar a sus secretarios, prohibir a todo funcionario hacer declaraciones o tener protagonismo y concentrar en ella toda la comunicación.

Si Nahle no controla de inmediato la crisis en el estado que gobierna —nos comentan fuentes de primer nivel— el gobierno federal entrará en Veracruz aun con mayor fuerza para atender de manera integral la situación, dar respuesta a la población en desgracia e iniciar la reconstrucción. A quien dice una y otra vez “este Estado es mío”, no le gusta la idea.

Cómo estarán las cosas que ayer la presidenta Claudia Sheinbaum visitó El Higo, localidad cercana a SLP… y lo hizo sin Nahle. La Presidencia de la República subió fotos a las redes sociales de la mandataria y minutos después, sorprendidos en el Palacio de Gobierno, compartieron la publicación donde la gobernadora daba las gracias a la Presidenta. La forma es fondo.

Y mientras a la Presidenta se le ve coordinando esfuerzos no sólo para Veracruz sino también para Puebla, Hidalgo, Tamaulipas y Querétaro, además entrando a casas, confortando pobladores y garantizando apoyo del gobierno federal, a Nahle se le ve, pero no se le siente cerca de la población, quien comienza a cuestionar su arraigo.

Conforme pasan las horas la falta de oficio político de Nahle queda cada vez más expuesto por ella misma:

Ha dicho que el río Cazones se desbordó “ligeramente”, se ha presentado con zapatos limpios en medio de calles devastadas, ha confrontado a periodistas, prohibió la instalación de centros de acopio, luego ordenó que la ayuda la entregara exclusivamente su gobierno y, para colmo, se enredó en la terminación del seguro catastrófico para Veracruz y tiene firme a su secretaria de Protección Civil, Guadalupe Osorno Maldonado, quien es una antropóloga y literata de la UV y herencia de Cuitláhuac García.

En medio de la hecatombe, la gobernadora fue cuestionada por una periodista sobre ese seguro catastrófico y, en un primer momento, con dejo de soberbia, respondió que esta crisis “no se trata de dinero” y dio un portazo. Al ver la gravedad del error su equipo trato de controlar el escándalo que crecía nacionalmente y llamó a la reportera para corregir con una nueva declaración, pero que fue más que desafortunada.

Dijo que el seguro no era adecuado para el estado y que en su lugar se creó un fideicomiso para atender la seguridad social de los trabajadores y los desastres naturales. ¿O sea cómo?, ¿van a utilizar el dinero para los trabajadores para atender la reconstrucción, la contingencia o la crisis?, ¿los trabajadores están de acuerdo?, ¿es dinero bursatilizado?, ¿salió de dónde?

Así pues, en algo tiene absoluta razón la gobernadora Norma Rocío Nahle García: la desgracia provocada por las lluvias torrenciales de los últimos días y que hoy enfrenta Veracruz —estado digno y fuerte, de gente maravillosa y trabajadora, resiliente pese al paso de autoridades nefastas—, no es un tema de dinero.

Es un tema de eficacia y eficiencia gubernamental para atender a la población en riesgo y a la población en desgracia y por todos lados se ve la falta de oficio, eficiencia y eficacia de Nahle y de su gobierno.

Alguien debería recordarle a la gobernadora Nahle García que un pacto social explica por qué los ciudadanos decidieron tener un gobierno: para contar con una estructura que garantice la protección de sus vidas y de sus bienes, por eso se le da a esa autoridad la exclusividad del uso de la fuerza. Todo lo demás es administración y gestión gubernamental para incrementar los niveles de bienestar.

Si un gobierno no garantiza la vida de sus ciudadanos y la protección de sus bienes pues habría que pensar si realmente está cumpliendo su objetivo, ¿o no?

Poza Rica, Álamo, El Higo, Tuxpán, Pánuco, Ilamatlán, Texcatepec, Chacualpan y Zontecomatlán, son solo algunas de las localidades urbanas más afectadas en el norte de Veracruz, y falta ir aguas arriba para ver la situación de comunidades y poblanos serranos que fueron los primeros en recibir el impacto de la bajada de agua. Esta crisis aún no concluye, el gobierno de Veracruz está a tiempo de corregir y responder con eficacia a las y los veracruzanos.

RADAR

PARA UN AMIGO. Abrazo con profundo cariño a mi entrañable amigo Enrique Bustamante Martínez y a toda su familia, por el sensible fallecimiento de su señor padre, don Enrique Bustamante Frías; hombre digno y fuerte que formó con profundos valores a hombre y mujeres de bien que han servido a México con amor y compromiso. Descanse en paz.

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