BAJO SOSPECHA

“Yo corro porque amo hacerlo y me preparo igual que hace 20 años”

El piloto Mario Domínguez asegura que el Gran Premio de México es “referencia mundial”; manejar un auto es como estar en un sauna con un traje de bombero y levantando pesas, dice

Bibiana Belsasso. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Bibiana Belsasso. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

La Ciudad de México vuelve a latir al ritmo de los motores. Este fin de semana, el Autódromo Hermanos Rodríguez celebra el décimo aniversario del regreso de la Fórmula 1 al país. Más de 350 mil aficionados se darán cita en una de las carreras más esperadas del calendario mundial, no sólo por la adrenalina en la pista, sino por la energía única del público mexicano.

Esta semana platiqué con Mario Domínguez, piloto mexicano con trayectoria internacional, quien conoce, como pocos, los secretos, desafíos y emociones que envuelven esta gran fiesta del automovilismo. Además, él participa en la carrera de la Súper Copa, que abre pista a los automóviles de la F1.

Bibiana Belsasso (BB): Eres uno de los pilotos más importantes que ha tenido México. ¿Cómo llega la Fórmula 1 este año a nuestro país?

TE RECOMENDAMOS:

Mario Domínguez (MD): Este fin de semana la Fórmula 1 cumple diez años desde su regreso en 2015, y es impresionante ver cómo ha crecido. Cada edición supera a la anterior. El Gran Premio de México ya es referencia mundial y mucho tiene que ver la afición, el ambiente, el color, el entusiasmo con que los mexicanos viven cada vuelta. Esa energía es lo que lo hace único.

BB: No es una pista sencilla. La altitud de la Ciudad de México representa un gran desafío. ¿Qué tan complicado es correr aquí?

MD: La altura cambia todo. A dos mil doscientos metros sobre el nivel del mar, el aire es menos denso, y eso afecta directamente la aerodinámica. Los autos pierden carga y deben modificarse por completo: alerones, frenos, motor, todo.

También hay un impacto físico. Algunos pilotos sienten el esfuerzo por la falta de oxígeno, pero la mayoría son atletas de élite y lo compensan con entrenamiento. El trabajo de los equipos para ajustar los autos es clave, y eso hace que el Gran Premio de México sea tan técnico y especial.

El piloto Mario Domínguez, en imagen de archivo.
El piloto Mario Domínguez, en imagen de archivo. ı Foto: Especial

BB: Mencionabas los ajustes técnicos. ¿Qué pasa con los motores, frenos y llantas a esta altitud?

MD: Los motores turbo, como los actuales, resisten mejor que los antiguos aspirados, pero igual sufren. El aire más delgado significa menos enfriamiento; por lo tanto, los frenos y neumáticos se calientan más. El Gran Premio de México es la carrera con mayor altitud en todo el calendario, y eso implica un reto enorme para los ingenieros. La clave está en encontrar el balance entre potencia y estabilidad. Es fascinante ver el trabajo detrás de cada escudería.—

BB: Mucha gente no dimensiona lo exigente que es físicamente manejar un coche de la Fórmula 1. Me han dicho que un piloto puede perder hasta tres kilos en una carrera. ¿Es así?

MD: Así es. Dentro del auto, el calor puede llegar a los 50 grados centígrados. Los pilotos enfrentamos fuerzas de gravedad muy altas: cinco veces tu peso al frenar, tres al acelerar y cuatro en las curvas. El volante es durísimo y el cuerpo está en tensión constante.

Para que te des una idea, es como estar en un sauna con un traje de bombero y levantando pesas de 20 kilos sin parar por dos horas. Eso explica por qué los pilotos somos atletas: necesitamos resistencia, reflejos y fuerza mental. El calor, la fuerza y la concentración te exigen al máximo.

BB: ¿Cómo se entrena un piloto para soportar eso?

MD: Con mucha disciplina. Cuando corría en IndyCar, hacía dos horas de cardio diario, una en la mañana y otra en la tarde, más cuatro horas de gimnasio. No buscamos volumen muscular, sino fuerza con resistencia: lagartijas, barras, ejercicios de cuello y antebrazos.

También trabajamos con psicólogos deportivos y nutriólogos. La preparación mental es clave: en carrera no puedes distraerte ni un segundo. Todo cuenta, desde la respiración hasta la alimentación. Es un deporte tan exigente como el atletismo o el ciclismo profesional.

BB: Hablemos de Checo Pérez. La afición espera al piloto mexicano.

MD: Checo no compite este año con Red Bull, pero regresa el próximo año con un nuevo equipo, que es Cadillac, que debutará en la Fórmula 1 con dos autos más, ampliando la parrilla a 22. Es una gran noticia para México. Checo tiene más de una década de experiencia en la categoría y será pieza fundamental para el desarrollo de ese nuevo equipo. Su conocimiento técnico y su madurez lo hacen uno de los pilotos más valiosos del circuito. Además, su carisma y conexión con la afición son incomparables. Es un referente mundial.

BB: Este fin de semana regresas tú a las pistas. Compites en la categoría Súper Copa. Cuéntame de eso.

MD: Así es, voy a competir en la Súper Copa, la categoría más rápida de México. Corremos en las pistas más importantes del país y somos la carrera pre estelar del Gran Premio. Este fin de semana tendremos dos competencias: el sábado a la 1 p.m. y el domingo a las 10 a.m.

Son autos impresionantes, con motores de 5.5 litros y 690 caballos de fuerza, capaces de alcanzar 290 kilómetros por hora. Son máquinas de competencia hechas en Estados Unidos con cajas secuenciales y un sonido que pone la piel chinita.

 BB: Pasan los años y te mantienes en el mundo del automovilismo. ¿Cómo logras seguir en una carrera tan demandante?

MD: Yo corro porque amo hacerlo; la clave es la pasión. Me sigo preparando igual que hace 20 años y eso me permite competir con pilotos más jóvenes.

Este deporte es físico, pero también emocional. Cada vez que me subo al auto, siento la misma emoción que la primera vez. Si tuviera que pagar por correr, lo haría. Tener la oportunidad de seguir compitiendo y, encima, que te paguen por hacerlo, es una bendición.

BB: Además de correr, te dedicas al periodismo automotriz.

MD: Así es, escribo todos los sábados en Excélsior, mi columna “Autos en Serio”. En redes comparto reseñas de autos y temas de la industria. También soy comentarista de Fórmula 1 para Televisa, así que este fin de semana podrán escucharme durante la transmisión por Canal 5, Izzi o Sky. Siempre estoy cerca del volante, ya sea manejando o comentando.

BB: ¿Por qué el Gran Premio de México es tan especial, tan esperado por los pilotos y la afición?

MD: Por la gente. El mexicano convierte todo en fiesta, le pone alma, sabor y alegría. Los pilotos aman venir porque el público es cálido, entusiasta y respetuoso.

El evento ya no es sólo una carrera: es una celebración que inunda la ciudad. Restaurantes, bares, conciertos, todos giran alrededor del Gran Premio. Además, deja una derrama económica millonaria para la Ciudad de México y ha sido reconocido cinco años consecutivos como el mejor Gran Premio del mundo por su organización y ambiente. Eso sólo lo logra la pasión mexicana.

Temas:
TE RECOMENDAMOS: