POLITICAL TRIAGE

El triunfo de Milei

Montserrat Salomón. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Las elecciones legislativas no suelen llamar la atención. Cuando suceden a la mitad de un periodo presidencial, sirven como un punto de quiebre en el que el gobierno puede perder o ganar gobernabilidad. Este es el caso de las pasadas elecciones en Argentina, en las que el triunfo de la ultraderecha de Milei, con más del 40 por ciento de los votos, es oxígeno puro para el presidente.

El resultado obtenido par el partido de Milei, La Libertad Avanza, fue inesperado. Ganó prácticamente en todo el territorio argentino e incluso en las grandes urbes, como Buenos Aires. Las mejores encuestas apenas auguraban un 30 por ciento de los votos, pero el viento cambió y una bocanada de aire fresco le ha dado nueva vida al proyecto del presidente.

Antes de las elecciones el escenario no era promisorio. Argentina, sumida desde hace décadas en una crisis económica que la había encerrado en el círculo vicioso de los créditos internacionales, las ayudas gubernamentales para los más necesitados y el crecimiento desenfrenado de la deuda pública, había confiado en la motosierra de Milei para recortar gastos, acabar con las estructuras de gobierno ineficientes y corruptas, e incentivar la economía. Una apuesta radical y arriesgada.

En los dos primeros años de gobierno, Milei se encontró con las cámaras divididas y una gran dificultad para implementar sus reformas. Además, la realidad de la pobreza le impedía realizar sus recortes sin perder apoyo popular. Para colmo, tuvo que recurrir a más créditos internacionales para subsistir mientras que gente en altos rangos, entre ellos su hermana y principal consejera, eran señalados por corrupción. El barco hacía agua a borbotones.

Milei se vio perdido y se asió a la única tabla que encontró en el mar: Trump. Con ese encanto y electricidad que corre cuando dos personalidades extravagantes, bravuconas y autoritarias se encuentran, Milei logró que Trump le diera el espaldarazo y le prometiera un rescate millonario que le permitiría gobernar. Además, se unió a él en su campaña desesperada para evitar la derrota en las elecciones jugando el juego de los buenos y los malos; los salvadores y los que hundirían a la patria. Trump hizo su parte amenazó con abandonar el rescate si no ganaba Milei y la gente le creyó.

Milei con este triunfo no logra una mayoría en las Cámaras, pero se pone en el tablero de negociación. Moderando un tanto su discurso, puede ganar el control aliándose con la bancada de Macri y, por fin, tener espacio para gobernar e implementar sus reformas. Esperemos que esta necesidad de correrse al centro sea lo que necesita Argentina de su presidente. Esperemos que Milei sea el estadista que se requiere y que, sin desahuciar a los pobres, encuentre el milagro económico que su gente añora.

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