POLITICAL TRIAGE

El elefante en la habitación

Montserrat Salomón. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Nadie quiere hablar del elefante en la habitación y eso es lo que ocurre con el cambio climático. En estos momentos la agenda internacional está volcada a temas urgentes y “prioritarios” que ocupan las mentes de los estadistas y los titulares en los medios. La ficticia paz en Gaza, la guerra de Ucrania, la crisis económica por las guerras comerciales, las crisis migratorias, todos parecen temas de mayor envergadura que la salud del planeta.

Sin embargo, una y otra vez la naturaleza nos ha hecho sentir insignificantes al mostrarnos su fuerza catastrófica y nuestra innegable vulnerabilidad. Si Jamaica es arrasada por un huracán o si Vietnam vive bajo el agua parecen temas menores que suceden en países poco desarrollados que seguramente tienen la culpa de su tragedia por su mala organización. Pero los incendios en California y la Dana en España nos muestran que el cambio climático tarde o temprano nos alcanzará a todos y que no reconoce credos ni banderas.

El reciente informe de Lancet Countdown hace un recuento de distintos factores que entrelazan el calentamiento global y la salud de las personas. Estas mediciones se empezaron en 2016, a raíz de la firma del acuerdo de París, y contempla en esta edición 20 indicadores que rastrean fallecimientos derivados de elementos climáticos como el calor, la contaminación, las inundaciones, las enfermedades tropicales, etc. Los resultados apuntan a un recrudecimiento de las muertes debidas al calentamiento global dado que 13 de esos indicadores han superado los récords históricos este año.

El resultado del informe adquiere un matiz alarmante cuando hace mención del retroceso en los últimos años. Los números no mienten y es claro que los cambios políticos, principalmente desde el primer mandato de Trump, han impactado en el avance en los acuerdos internacionales para la protección del medio ambiente. De hecho, algunos indicadores en lugar de continuar su reducción, están mostrando una tendencia contraria. Tal es el caso de la inversión en energías renovables y el apoyo a las energías fósiles, que esconden los compromisos particulares de grupos de interés que se han hecho con influencia en las altas esferas políticas mundiales con una mirada cortoplacista alarmante.

Ya sea por intereses directos o por temor a las represalias internacionales, el negacionismo ante la evidencia científica del problema que el cambio climático implica para la raza humana es preocupante y aberrante. Simplemente se percibe un desapego por el futuro de millones de personas, principalmente provenientes del sur global, que no podrán subsistir si no se cambia el rumbo. Atenazados por la inmediatez, caminamos hacia un precipicio rodeados de nuestras comodidades y sueños de poder.

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