PESOS Y CONTRAPESOS

Las otras inflaciones (1/3)

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

La inflación se define como el aumento en el índice nacional de precios, que puede ser, el Índice Nacional de Precios al Consumidor, o el Índice Nacional de Precios al Productor. Por lo general cuando se habla de inflación se hace referencia al primero, no al segundo, lo cual, si la actividad económica terminal, la que le da sentido a todas las demás, es el consumo, tiene sentido.

Podemos dividir a las actividades económicas en dos grupos, de tres cada uno. Por un lado, la producción, oferta y venta de bienes y servicios. Por el otro, la demanda, compra y consumo de satisfactores. Cada una es una actividad distinta.

Se puede producir para el autoconsumo (lo producido, para el productor, sólo tiene valor de uso, por eso no lo ofrece a la venta), o para el intercambio (lo producido, para el productor, sólo tiene valor de cambio, por eso lo ofrece a la venta, para lo cual debe tener valor de uso para algún consumidor). Si se produce para el autoconsumo, de la producción no se pasa a la oferta. Si se produce para el intercambio, entonces, de la producción, sí se pasa a la oferta. Sólo si hay un demandante, dispuesto a comprar al precio al que el oferente está dispuesto a vender, se pasa de la oferta a la venta. La venta del oferente está en función de la compra del demandante. El empresario sólo decide la producción, y por lo tanto la oferta, pero no la venta. Si el empresario pudiera decidir la venta, para lo cual debería poder decidir la compra, que decide el demandante, ninguna empresa quebraría.

Por el otro lado, se puede demandar sin pasar a la compra. Por ejemplo: llego a la tortillería y pido un kilo de tortillas. ¿Qué estoy haciendo? Demandando un kilo de tortillas. ¿Qué pasa si no hay tortillas? Que no puedo comprarlas. ¿Qué pasa si sí hay tortillas? Que, pagándolas, las compro. Dado que hubo oferta pude pasar de la demanda a la compra. Y, si pagadas las tortillas, tomo una, le pongo sal y salsa (nunca faltan en las tortillerías), hago un taco y me lo como, entonces pasé de la compra al consumo, definido como el disponer del satisfactor para satisfacer la necesidad.

¿Qué tenemos? Seis actividades económicas: producción, oferta y venta; demanda, compra y consumo, siendo el consumo la actividad económica terminal, la que le da sentido a todas lo demás, sobre todo a la producción y oferta. Si, por alguna extraña razón, dejáramos de consumir tortillas, ¿tendría sentido seguir produciéndolas y ofreciéndolas, si la oferta no terminaría en venta, porque no habría quien demandara, porque no habría quien comprara, porque no habría quien consumiera, quien comiera tortillas para satisfacer el hambre? No.

El consumo es la actividad económica terminal, se produce para el consumo, lo cual quiere decir, entre otras cosas, que una empresa sobrevive hasta que los consumidores quieren. El reto de cualquier empresa es que los consumidores compren su producto, lo consuman, queden satisfechos, lo vuelvan a comprar y consumir, y se lo recomienden a los demás (no hay mejor publicidad que la que hace directamente el consumidor).

Dada la importancia del consumo es que la inflación se reporta con el Índice Nacional de Precios al Consumidor, no con el Índice Nacional de Precios al Productor. En octubre la inflación anual, medida por el primero, fue 3.57%. Medida por el segundo, 2.96%. Esto, ¿qué significa?

Continuará.

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