Al hablar de inflación, por lo general, se hace referencia a la del consumidor, medida por el Índice Nacional de Precios al Consumidor, y casi nunca a una de las otras inflaciones, la del productor, medida por el comportamiento del Índice Nacional de Precios al Productor, una de las otras inflaciones a la que dediqué el anterior Pesos y Contrapesos, llegando a la conclusión de que, de las tres posibles combinaciones: (i) que la inflación del productor sea mayor que la del consumidor; (ii) que sea igual; (iii) que sea menor, la menos mala es la tercera, como sucedió en octubre.
Habiendo mencionado a la inflación del productor como una de las otras inflaciones, ¿cuál es otra de las posibles inflaciones, a la cual habría que ponerle más atención de la que, comenzando por los integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México, se le pone, debiendo sustituir, llamémosla así, a la inflación general como meta de inflación del Banco de México y, por lo tanto, como parámetro para calificar lo correcto o incorrecto de las decisiones de política monetaria y la eficacia o ineficacia de la misma.
La inflación general es la que se reporta con el Índice Nacional de Precios al Consumidor, que incluye tanto la inflación subyacente como la no subyacente. La subyacente excluye los bienes cuyos precios son más volátiles (frutas y verduras, y productos pecuarios), y cuyos precios no están determinados en el mercado por la relación entre oferta y demanda (energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno). La inflación no subyacente considera únicamente los precios de dichos productos.

Reconocimiento al Ejército
El Inegi reporta, por el lado de los consumidores, tres inflaciones. La inflación general, la subyacente, la no subyacente. En términos anuales, en octubre, la general fue 3.57%, la subyacente 4.28%, la no subyacente 1.18%.
El Banco de México tiene una meta de inflación del 3%, más/menos un punto porcentual de margen de error, por lo que la máxima inflación aceptable es 4%. La receta de política monetaria (véase: https://www.razon.com.mx/opinion/2022/06/23/la-tii-12/), es: si la inflación se ubica por arriba (debajo) de la meta la Tasa de Interés Interbancaria, TII, debe aumentar (bajar). En enero la inflación general fue 3.59% y en octubre 3.57%, 3.82% en promedio, dentro de los márgenes de la meta. En lo que va del año la TII ha bajado de 10.00% a 7.25%.
¿Qué ha pasado con la inflación subyacente, la que mejor muestra la trayectoria de la inflación? En enero fue 3.66% (dentro de los márgenes de la meta), y en octubre 4.28% (por arriba de los márgenes), 4.02% en promedio (por arriba). De 3.64%, en marzo, pasó a 4.28%, en octubre, aumento de 0.64 puntos porcentuales, ¡el 17.58%!
Si en vez de tomar como referencia la inflación general, tomamos, ¡como debe ser!, la subyacente, que suma seis meses, de mayo a octubre, por arriba del 4% (4.22% en promedio), ¿cómo calificar la reducción en la TII, tomando en cuenta que la receta dice: si la inflación se ubica por arriba de la meta la TII debe aumentar? Como una medida irresponsable, por la cual es responsable, en su calidad de grupo colegiado, la Junta de Gobierno del Banco de México. Sólo Jonathan Heath, uno de los 5 integrantes del grupo, se opuso al recorte.
Así las cosas, con las otras inflaciones.

