VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

¿Qué planea hacer Trump en Gaza?

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Kiryat Gat es una pequeña y no muy interesante ciudad en el sur de Israel, a unos cuantos kilómetros de la frontera con Gaza. Sin embargo, en las últimas dos semanas ha acaparado los titulares y los rumores en redes sociales, donde se han difundido imágenes de soldados estadounidenses caminando por las calles y comiendo en restaurantes locales; algunos dicen que incluso en Tinder aparece uno que otro marine.

Un edificio de una empresa poco conocida de transporte y logística, ubicado en las afueras de la ciudad, se ha convertido en cuestión de días, aunque no se diga explícitamente, en la nueva base militar de Estados Unidos en Israel, desde donde Washington controla y coordina hoy todo lo que sucede dentro de la Franja de Gaza. Después de recibir la orden del presidente Trump, el ejército estadounidense y la secretaría de Estado transformaron este edificio en un cuartel similar a los que Washington construyó en Afganistán e Irak.

Dentro de este edificio, que parece un hangar, se pueden encontrar no sólo a soldados estadounidenses e israelíes, sino también a tropas alemanas, carabineros italianos, personal de Naciones Unidas y diplomáticos occidentales. Desde la firma del cese al fuego entre Israel y Hamas, ellos han tomado las riendas de la distribución de ayuda humanitaria en Gaza. Como parte del acuerdo, la Franja quedó dividida en dos zonas: un área roja, en el centro, bajo control absoluto de Hamas, y un área verde, que la rodea por todos los flancos, bajo control israelí. Según el acuerdo, esta última pasará paulatinamente a estar bajo control de la comunidad internacional, y, para cumplir este objetivo, han llegado cientos de tropas y personal diplomático de Estados Unidos.

A pesar de que algunos pensaban que el presidente Trump no tardaría en lavarse las manos tras forzar a las partes a firmar un acuerdo, la realidad ha sido la contraria. Nunca un gobierno estadounidense había estado tan inmiscuido en el manejo de los territorios palestinos. Israel, aunque su primer ministro ha intentado ocultarlo por miedo a las críticas de su base de derecha, ha cedido prácticamente el control del área verde a Estados Unidos. Sin embargo, esta relación de cooperación y control compartido entre Israel y Washington es sólo la primera fase del plan.

En los países árabes vecinos, el ejército estadounidense ya ha comenzado a preparar tropas de distintos países para entrar a Gaza. Washington busca primero obtener el apoyo de la comunidad internacional para este siguiente paso y está preparando una resolución en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para legitimar el proceso. A pesar de que Trump coqueteó con la idea de expulsar a miles de palestinos de Gaza y de su escepticismo hacia el multilateralismo de Biden y las instituciones internacionales, al final Washington quiere y necesita el respaldo de la ONU para completar el proceso de transición.

Una vez que tenga el control de seguridad del área, Trump planea iniciar un proceso de limpieza y reconstrucción de ciudades enteras. Surge entonces la pregunta ¿qué planea hacer con el área bajo control de Hamas? El plan es construir ciudades atractivas en el área verde para que cada vez más palestinos abandonen la zona roja, reduciendo así paulatinamente el control de Hamas sobre la población.

Aún hay muchas dudas sobre los siguientes pasos del plan. Sin embargo, la base de Trump en Kiryat Gat es una muestra palpable de que el presidente está profundamente comprometido con su estrategia de paz y pacificación de Gaza.

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