DESDE EUROPA

Un plan de paz para Ucrania

Héctor Badillo. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Héctor Badillo. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

Estados Unidos y Rusia negociaron un tratado de paz que se presenta como un acuerdo de rendición para Ucrania ante las exigencias del Kremlin.

El acuerdo de 28 puntos para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania conserva prácticamente todas las exigencias iniciales del gobierno de Vladimir Putin. El presidente ruso ha dejado claro desde el principio que quiere una Ucrania neutral, fuera de la OTAN, militarmente débil y lo más alejada posible de occidente.

Durante las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos se estableció que Ucrania debe ceder a los rusos las regiones de Donetsk, Lugansk y por supuesto Crimea; zonas que deberán ser reconocidas como territorio ruso tras la firma del acuerdo.

En el mismo sentido, las regiones de Jersón y Zaporiya quedarán seccionadas por medio de una frontera congelada, una vez que se determine un alto al fuego por ambas partes. De esta forma, Moscú mantiene el control sobre las cuatro regiones ocupadas prácticamente desde el inicio del conflicto.

Otro de los puntos clave que dieron inicio al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, es la intención de los ucranianos de formar parte de la alianza militar internacional de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Con la firma del tratado, Ucrania renunciaría a sus aspiraciones a formar parte de la OTAN.

Una vez firmado el acuerdo de paz, Ucrania se compromete a reducir drásticamente su ejército con el recorte de al menos 200 mil soldados, dejando entonces a 600 mil efectivos. El intercambio de prisioneros de guerra sería total entre ambos países.

Rusia quiere deshacerse de Volodímir Zelenski lo antes posible y exige que una vez firmado el acuerdo de paz, el gobierno ucraniano debe convocar a elecciones en un plazo máximo de 100 días.

En el caso de la central nuclear de Zaporiya, actualmente bajo control ruso, se propone una repartición de la energía de forma equitativa para ambas naciones y que las operaciones de la central sean coordinadas bajo supervisión internacional.

Zelenski no quiere aceptar el acuerdo de paz de Estados Unidos, pero hasta el momento parece no tener otra opción, pues sin el apoyo militar de los estadunidenses no pueden hacerle frente al poderoso ejercito ruso, y los aliados de Zelenski en Europa no quieren meter las manos en un conflicto que se ve perdido desde que inició.

Los países europeos dicen que quieren negociar, pero están atados de manos. La posición negociadora de Ucrania ha perdido fuerza con el avance de Rusia en el frente y los casos de corrupción que se han destapado dentro del gobierno ucraniano.

Estado Unidos seguirá presionando al más débil, no porque esté buscando la paz en un territorio en conflicto y menos porque le preocupen los pueblos ucranianos y rusos que son los que sufren los estragos de la guerra. Estados Unidos busca repartirse el acceso a los minerales ucranianos estratégicos y formar parte de los países que reconstruyan el país de Europa Oriental.

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