ACORDES INTERNACIONALES

Manual para leer una escalada: Estados Unidos vs. Venezuela

Valeria López Vela. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Valeria López Vela. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

Las guerras no empiezan con una declaración solemne ni con un mensaje a la nación. Empiezan cuando los sistemas civiles —aerolíneas, aseguradoras, navieras, satélites de navegación— comienzan a comportarse como si el conflicto fuera posible.

Antes de que un general hable o un barco se mueva en formación, hay un cambio silencioso en la forma en que los actores económicos gestionan el riesgo. Ante la posibilidad de una intervención de Estados Unidos en Venezuela, conviene mirar ese mapa de señales que dice más que cualquier discurso oficial. Este es un breve manual para leerlas.

1. La retirada del espacio aéreo

Las aerolíneas han suspendido rutas: Iberia, TAP, Gol, Avianca. Hoy opera sólo una con regularidad. No es política: son cálculos actuariales. Cuando el riesgo supera el umbral aceptable, se deja de volar.

2. Seguros y riesgo político

La cobertura de seguros y reaseguros se encarece o se retira. Sin anuncios dramáticos, pero con mensajes claros: pólizas que clasifican a Venezuela como riesgo de insurrección y advertencias de “cautela reforzada”. En la industria aseguradora, el riesgo deja de ser teórico mucho antes que en la retórica diplomática.

4. Ajustes en los fletes

El comercio marítimo también registra señales: King Ocean alteró sus rutas hacia Venezuela y Seaboard Marine incrementó tarifas. Son ajustes discretos, pero reflejan la expectativa de un Caribe inestable.

5. Interferencias en el cielo

Desde septiembre se documenta jamming en sistemas GNSS/GPS cerca de Venezuela, incluido el Golfo de Paria. La FAA lo registró en un NOTAM. La degradación de señal afecta aviación y navegación. No anuncia guerra, pero sí un espacio electromagnético alterado.

6. Señales político-militares

A estos indicadores civiles se suman otros visibles:

• El portaaviones USS Gerald R. Ford en el Caribe.

• Incremento de sobrevuelos de vigilancia estadounidenses.

• Designación del Cártel de los Soles como organización terrorista.

• Retórica militar de Caracas.

• Ejercicios con Rusia e Irán.

• Actividad aérea y marítima irregular.

• Tensiones diplomáticas crecientes.

Por separado no implican guerra inminente; en conjunto, describen el entorno más volátil que hemos visto en años.

¿Estamos frente a un conflicto inminente?

En el manual de las escaladas contemporáneas, estas señales no anuncian guerra inmediata, pero sí el fin de la normalidad. La doctrina contemporánea llama a esta fase “escalada controlada en zona gris con presión multidominio”: acciones simultáneas en frentes económicos, militares, informativos y tecnológicos, diseñadas para forzar una salida política sin llegar al choque directo.

Por eso, el escenario más probable no es una guerra generalizada, sino una escalada limitada cuyo desenlace posible sea la salida negociada de Nicolás Maduro. La pregunta ya no es qué va a pasar, sino cuándo.

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