El campanazo en la Bolsa Mexicana de Valores en la emisión de los bonos verdes resume al poder público. La emisión del bono correspondiente, el más grande en la historia de la Ciudad de México, por 3 mil millones de pesos a tasa fija y diez años de maduración, es la declaración estratégica de una metrópoli asumida como referente nacional y regional en sostenibilidad urbana, gobernanza fiscal y política de movilidad.
Esta capacidad reivindica el liderazgo institucional y la convicción de las ciudades de aprender a financiar, con disciplina y creatividad, su propio futuro ambiental. La Jefa de Gobierno, Clara Brugada, lo presentó con claridad acompañada del secretario de Hacienda, Edgar Amador; el de Finanzas capitalino, Juan Pablo de Botton, y el presidente del consejo de la Bolsa, Marcos Martínez.
La obtención de la calificación AAA —el máximo grado de calidad crediticia otorgado por Fitch Ratings y HR Ratings— convierte a la capital en una emisora de absoluta confianza, condición indispensable para sostener grandes proyectos públicos.

Ocurrencia mediática
Con esta emisión, la CDMX fortalece su perspectiva de ciudad global donde convergen flujos, infraestructura, finanzas y decisiones públicas de largo alcance. Señal de Estado emprendedor, capaz de asumir riesgos para dirigir la inversión hacia misiones que modifiquen la trayectoria de desarrollo.
Ese objetivo, en este caso, son dos nuevas líneas de Cablebús, aunque en apariencia, infraestructura de movilidad, en la realidad, un rediseño del mapa social de la ciudad. Brugada lo sintetizó: inclusión social, justicia territorial y reducción de emisiones contaminantes.
No es moda, como lo mencionó el secretario de Hacienda, sino herramienta central e invitación a gobiernos a llegar al mercado bursátil. Herramienta de la cual Antonio Basagoiti, presidente de la Federación de Cámaras Españolas de Comercio de América, fue pieza central.
Las ciudades capaces de liderar la agenda climática lo han hecho articulando instrumentos financieros capaces de sostener transformaciones profundas. París emitió Bonos Verdes para costear su plan de movilidad eléctrica; Nueva York para infraestructura resiliente frente al cambio climático.
La CDMX articula también con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. El ODS 11, sobre ciudades seguras, inclusivas y sostenibles, cobra especial sentido con proyectos como el Cablebús, y el ODS 13, sobre acción climática, es compromiso explícito por reducir 35 por ciento las emisiones.
La confianza de los inversionistas, como señaló De Botton, se construye sobre una política de finanzas públicas sanas, sostenibles y predecibles. Marcos Martínez, presidente del consejo de la BMV, lo expresó sin adornos: el Bono Verde es reflejo de una visión de ciudad más humana, incluyente y sostenible.

