Temeroso, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Mark Rutte, ha advertido a los aliados de la alianza militar internacional que son el próximo objetivo de Rusia.
El mensaje de Rutte fue contundente y lo hizo en el momento justo cuando se encontraba al lado del canciller alemán Friedrich Merz, un país que ya se arma para la guerra con el codiciado objetivo de convertirse en el ejército más poderoso del continente.
El secretario general de la Alianza Atlántica llamó a los países miembros a reforzar la defensa de sus fronteras ante la posibilidad de que Rusia inicie una gran guerra que en sus propias palabras será parecida a las que vivieron sus abuelos y bisabuelos, haciendo referencia a las guerras mundiales que se sufrieron en el continente Europeo.

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Rutte dibujó en su declaración ante la prensa un futuro apocalíptico, donde Europa queda devastada por la guerra, la sociedad destruida por el sufrimiento de un enfrentamiento bélico entre potencias globales y un continente roto ante la amenaza rusa.
Todo este escenario imaginario para recalcar que hay una manera para evitar caer en manos de Rusia. Que los países miembros de la OTAN cumplan con el compromiso de invertir en materia de defensa y que sigan apoyando a Ucrania en la guerra con Moscú.
El líder la OTAN no es el único que utiliza la amenaza rusa como excusa para generar miedo en la población y que se destine una gran cantidad de dinero al rearme de Europa.
Otros mandatarios como el propio canciller alemán, Friedrich Merz, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, atizan el fantasma de la guerra para destinar sus presupuestos en armamento y el reclutamiento masivo sin la oposición de la sociedad bombardeada por mensajes de una supuesta guerra con Rusia.
Cabe mencionar que Estados Unidos le exigió a todos los miembros de la OTAN aumentar su gasto en defensa en un cinco por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) y los norteamericanos ya no quieren seguir financiando la guerra en Ucrania, por eso la búsqueda para firmar el acuerdo de paz con Rusia.
En reiteradas ocasiones el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha dicho que no piensa iniciar una guerra con Europa a pesar de estar actualmente en un conflicto bélico con Ucrania. Putin sabe que iniciar una guerra a gran escala no beneficia a nadie, pero si ha afirmado que su país está listo para defenderse de cualquier ataque del exterior.
El secretario general de la OTAN no confía en las palabras del mandatario ruso y se ha atrevido a señalar que Rusia podría lanzar un ataque en su contra dentro de cinco años, afirmando que Moscú ha traído de vuelta la guerra al continente europeo.
Es obvio que el mensaje de Mark Rutte está totalmente alineado con los intereses de Estados Unidos. La administración de Donald Trump quiere que Europa se haga cargo de su propia seguridad y Rusia es el pretexto ideal para conseguir el rearme del continente.
Irónicamente, Europa cree que invertir en armamento equivale a invertir en paz cuando en realidad está pensando y planeando la guerra.

