El río suena. Cambios en el Gabinete. Corcholatas presidenciales que, durante el segundo piso de la 4T, Claudia Sheinbaum busca que funcionen como piezas en el ajedrez nacional, en una lógica más sofisticada que el de meras tapaderas desechables, que les confirió el anterior mandamás de Palacio Nacional.
Decisiones complejas como para adivinar qué buscará la Presidenta si se concretan algunas de las especulaciones. Refuerzos para fortalecerse durante los procesos de selección de candidaturas en Morena, para ampliar la coordinación de gobernadores, para robustecer la línea de mando y control político.
Las elecciones intermedias como coyuntura para ajustar lo que en el gabinete funciona y lo que no. Mario Delgado podría aspirar a la candidatura morena para Colima. Otros despachos, como el de Turismo, aun reportando buenos resultados, deben acometer mudanzas para fortalecer a los de Claudia Sheinbaum, desde Tlaxcala hasta Nuevo León.

Cónclave para el regalo de Alito
Mientras el águila crece en la silla, Morena le queda a deber a su jefa. En el Congreso federal comienzan a salir a flote acusaciones graves, extorsiones sindicales y mafias encubiertas. Omar García Harfuch no ha exonerado a nadie, ha dicho la verdad, que hasta hoy no se tiene algo en contra de los cada vez más comunes sospechosos. Al tiempo.
Y desde el legislativo de la Ciudad de México salió la estampa que ilustra la pauperización de la burocracia partidista que pagamos todos. Diputadas de Morena y de la oposición zanjan sus discusiones a tirones de cabello, a mentadas, a llaves de lucha libre para tomar o apañar la tribuna, porque hoy peor que antes, el vigor democrático en los parlamentos locales y en el federal, cobra cuerpo en personajes de tómbola o de cúpula.
El debate político en el México transformado sube en violencia y baja en ideas.
El histrionismo de ciertos personajes que, emulando a su tabasqueño prócer, cobran réditos como merolicos, acosadores de palabra y acción, poderosos que ven en su ruta la venganza, la revancha caricaturizada para espetar a sus críticos, insultos, malos chistes y frases ramplonas, pero machaconas.
Antes del 2027 para México es crucial el próximo año con revisado T-MEC, a cargo de Marcelo Ebrard y su red de funcionarios, legisladores y operadores, que detone crecimiento económico y con él, el bienestar y la justicia social, banderas insignias de la mejor teoría 4T.
Pero ese aterrizaje pasa por combatir las malas prácticas tribales de las hordas morenistas y anexas, que no vacilan en acabar a la greña, en el más patético de los casos. O delinquiendo, en el más grave.

