José Manuel Cuéllar ha publicado su esperada biografía de Emilio Uranga (La razón pendular de Emilio Uranga. Una historia del existencialismo mexicano, México, Herder, 2025).
Durante diez años, Cuéllar se dedicó a investigar todo lo que tuviera que ver con Uranga. Nadie sabe más que él sobre ese tema. Leyó miles de páginas de libros, revistas, periódicos, manuscritos, cartas, y entrevistó a decenas de personas que lo conocieron o que supieron de él. Todo eso lo hizo con un escrupuloso rigor y admirable paciencia. Asombra la cantidad de referencias que aparecen en las 879 notas del volumen. Cabe mencionar que este libro forma parte de una serie de publicaciones recientes, también editadas por Cuéllar, en las que él ha recogido la obra dispersa de Uranga. El esfuerzo personal que ha hecho Cuéllar por recuperar, organizar e interpretar el pensamiento de Uranga es admirable. Ahora disponemos de todos los elementos indispensables para estudiar a Uranga a otro nivel, para dejar atrás al mito que se construyó alrededor de su persona y comprenderlo y valorarlo de una manera cabal.
La razón pendular de Emilio Uranga es un libro entretenido, incluso en sus partes más filosóficas, en donde Cuéllar no sólo examina las ideas más complejas de Uranga con suma claridad y rigor, sino que, además, las conecta con los acontecimientos políticos, sociales y culturales de esos años. Como lo indica el subtítulo, la obra no sólo cuenta la vida y la obra de Uranga desde su infancia hasta 1953, sino que ofrece una historia intelectual del Grupo Hiperión, promotor y difusor del existencialismo en México entre 1948 y 1953. La originalidad del libro consiste en que es, en parte, una historia de la filosofía de ese periodo y, en especial, de la filosofía de Uranga, analizada con una profundidad que nunca había sido alcanzada y que, por otra parte, puede leerse como una novela, una novela biográfica de Uranga y de la vida cultural de la Ciudad de México en aquellos años. Digo que puede leerse como una novela, no sólo por la muy notable calidad literaria de la prosa de Cuéllar, sino porque el libro nos presenta a Uranga y a sus coetáneos, amigos y enemigos, como los personajes de una narración en la que cada uno tiene la oportunidad de hablar con voz propia y entablar diálogos con los demás, dentro del escenario palpitante de las calles, las aulas y las cantinas de México. Esta rica combinación de filosofía, historia y literatura es rara en el medio intelectual mexicano —no así, en otros lados, por ejemplo, en Francia o en Alemania— y, por ello, el libro de Cuéllar se distingue por su originalidad y por su arrojo.
Hace veinte años, Uranga era estudiado por muy pocos especialistas. Era un autor casi abandonado por la filosofía académica mexicana. Hoy en día la situación es muy distinta, no sólo en México sino fuera de sus fronteras. A pesar de todo lo que había en su contra, Uranga volvió por sus fueros y ahora se le reconoce, con justicia, como uno de los grandes pensadores del siglo XX mexicano. Algunos de los conceptos filosóficos que él acuñó durante el periodo estudiado por Cuéllar, como los de “accidentalidad”, “zozobra” y “nepantla”, se han recuperado en la discusión filosófica reciente, lo que comprueba su originalidad y su poder heurístico. Estos conceptos no sólo nos permiten esclarecer la existencia de los mexicanos, sino de todos los seres humanos. La reivindicación de Uranga va de la mano de la reivindicación de la filosofía de lo mexicano, que después de haber sido despreciada como una deplorable ocurrencia de un puñado de jóvenes existencialistas, hoy se le reconoce como una de las contribuciones más valiosas de la filosofía mexicana a la filosofía global del siglo XX.
La lectura de Uranga nunca nos deja indiferentes: nos sigue increpando con la misma intensidad que hace más de medio siglo. El libro de Cuéllar es el resultado más acabado de un esfuerzo por rescatar a Uranga y colocarlo en el sitio que le corresponde. Su libro no es sólo una valiosa contribución a la historia de nuestra filosofía, sino a nuestra filosofía a secas, a lo que podamos hacer con ella de aquí en adelante.