Tomando en cuenta el promedio de las respuestas recibidas por el Banco de México, en la encuesta de diciembre a los economistas del sector privado, en 2026 tendremos: mayor crecimiento (bueno), pero bajo (malo); mayor inflación (malo), pero dentro de los márgenes de la meta (de los males el menor); mayor tipo de cambio (malo); menor tasa de interés (bueno).
Para 2026 no se espera una crisis económica, definida como bajo crecimiento o decrecimiento acompañado de fuertes y rápidos repuntes en la inflación, el tipo de cambio y la tasa de interés. La última crisis económica fue la de 1995, consecuencia del error de diciembre de 1994. Recordemos lo que pasó.
En 1994 la economía creció 4.4%. En 1995 decreció 6.2%. Caída de la tasa de crecimiento del 240.91%. En 1994 la inflación fue 7.1%. En 1995, 51.9%. Repunte del 630.99%. En 1994 el tipo de cambio promedió $3.38 por dólar. En 1995, $6.45. Devaluación del 90.83%. En 1994 la tasa de interés (Cetes a 28 días), promedió 14.5%. En 1995, 47.5%. Repunte del 227.59%.

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¿Qué tuvimos en 1995? Pronunciado decrecimiento de la economía, acompañado de fuertes y rápidos repuntes en la inflación, el tipo de cambio y la tasa de interés. En dos palabras: crisis económica, algo que, según las proyecciones de la encuesta de diciembre del Banco de México a los economistas del sector privado (proyecciones que se modificarán, para bien o para mal, en las próximas encuestas), no tendrá lugar en 2026.
En la primera entrega de esta serie escribí que los economistas podemos hacer tres cosas: explicar por qué sucedió lo que sucedió; prescribir lo que debe hacerse para que se logren mejores resultados; predecir lo que sucederá, tarea fallida porque somos economistas, no adivinos. Centro la atención en la segunda tarea: prescribir lo que debe hacerse para que se logren mejores resultados, sobre todo en materia de crecimiento, del que dependen la producción de satisfactores, la creación de empleos, la generación de ingresos, el bienestar.
El crecimiento promedio anual de la economía mexicana, entre 1935 y 1981, fue 6.1%. Entre 1982 y 2024 fue 2.1%, muy bajo. Entre 2019 y 2024 (primer piso de la 4T), fue 1.05%, bajísimo. ¿Qué se requiere para que la economía crezca más? Va de nuevo.
El crecimiento se mide por la producción de bienes y servicios, que depende de las inversiones directas, que se realizan para producir bienes y servicios, para crear empleos y para generar ingresos, condiciones del bienestar, inversiones que dependen de la confianza de los empresarios para llevarlas a cabo. Ceteris paribus, mayor confianza = más inversiones directas = mayor crecimiento de la economía. ¿Cómo vamos en México? Respondo con los últimos datos disponibles.
Confianza empresarial para invertir directamente, en escala de 0 a 100: noviembre 2024, 34.7 (baja); noviembre 2025, 29.7 (muy baja). Crecimiento de la inversión directa: septiembre 2024, menos 0.9% (malo); septiembre 2025, menos 8.4% (pésimo). Crecimiento anual de la economía: tercer trimestre de 2024, 1.3% (preocupante); tercero de 2025, menos 0.2% (muy preocupante).
Prescripción para un mayor crecimiento: mayor confianza empresarial = más inversiones directas = mayor crecimiento de la economía. Resultado: más producción = más empleos = más ingresos = mayor bienestar. ¡En México vamos en sentido contrario!

