Alfredo Castillo

Los Carlos versus Djokovic y Verstappen

DE VICTORIAS Y DERROTAS

Alfredo Castillo*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Alfredo Castillo
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Para otro Carlos: Slim Domit

Los dos se llaman Carlos, son españoles y tenían meses sin ganar. Los dos fueron los únicos y últimos exponentes en el 2023 en derrotar al mejor tenista y al mejor piloto del mundo en las siguientes circunstancias: Carlos Alcaraz a Novak Djokovic en una final de Grand Slam y Carlos Sainz a Max Verstappen en un Gran Premio sin un vehículo Red Bull. Sin embargo, después de ambas hazañas los dos vivieron rachas muy negativas que apenas se pudieron romper en la última semana.

Efectivamente, después de la enorme victoria de Alcaraz ante Djokovic en la final de Wimbledon del año pasado (Novak no perdía en esa cancha desde el 2013), el español no pudo ganar en ningún otro torneo de los siguientes once en donde se presentó. En el Masters 1000 de Toronto perdió en cuartos con Tommy Paul; en Cincinnati, aunque llegó a la final, perdió con Djokovic; en el US Open fue derrotado en semis por Medvedev, en esta misma instancia perdió con Sinner en Beijing, y en el Masters 1000 de Shangái perdió en octavos con Dimitrov. La “crisis” se evidenció más al perder en la primera ronda del Masters 1000 de París con un top 50 y en el Masters ATP Finals perdió una vez más con Djokovic en semis. Ya en el 2024, Alcaraz perdió con Zverev en cuartos de final del Australian Open, y en una inentendible gira sudamericana perdió con Nicolas Jarry en un ATP250 en Buenos Aires y en el ATP500 de Río de Janeiro se retiró en su primer partido por lesión.

Con esos antecedentes nadie imaginó a un Alcaraz venciendo de manera sobrada en Indian Wells y recuperando el nivel que lo llevó a ganar la final de Wimbledon en el 2023. Hoy nuevamente, tenistas, coachs y analistas deportivos señalan a Alcaraz como el rival a vencer junto a Jannik Sinner y el propio Djokovic.

El caso de Carlos Sainz también tiene sus particularidades. Único en vencer a Verstappen en el 2023 con un auto distinto a Red Bull en el Gran Premio de Singapur, el español terminó en el séptimo lugar en el Campeonato Mundial de Pilotos, por debajo de Max y Checo de Red Bull, Hamilton de Mercedes, Alonso de Aston Martín, Leclerc de Ferrari y Norris de McLaren.

Esta situación llevó a que Ferrari buscara su reemplazo para el 2025 quitándole cualquier oportunidad de “redimirse” en el 2024, ya que la escudería escarlata antes de la primera carrera ya había anunciado al sustituto de Sainz con bombo y platillo (el británico y siete veces campeón mundial, Lewis Hamilton).

Sin embargo, este fin de semana Carlos Sainz volvió a ser una vez más el único piloto en vencer al tres veces campeón mundial, Max Verstappen, en una carrera de Fórmula Uno en un vehículo distinto a Red Bull. En esta ocasión fue en el Gran Premio de Australia, y aunque hay algunos que dicen que sólo fue porque Max se tuvo que retirar por problemas en el coche, lo cierto es que Sainz lo rebasó antes de su abandono (Checo Pérez declaró que Ferrari habría ganado independientemente del abandono de Verstappen).

Más allá de estar “desempleado” para el 2025, es obvio que Sainz encontrará acomodo en otro equipo, y seguramente Ferrari debe estarse cuestionando si tomaron la mejor decisión o si ésta fue precipitada.

Lo que sí parece haberse hecho evidente es que al público le gustó que Alcaraz ganara por encima de Djokovic y que Sainz haya hecho lo propio con Verstappen. Las dos figuras más importantes, tanto del tenis como del automovilismo, tienen la admiración de los espectadores, pero no su cariño. Habría que preguntarse cuál es la razón de fondo que les ha impedido no ser vitoreados en la búsqueda de nuevas hazañas deportivas, a diferencia de otros “monstruos” como Ayrton Senna, Michael Schumacher, Roger Federer, Rafael Nadal, Tiger Woods, Michael Jordan, Patrick Mahomes, Michael Phelps o Usain Bolt, por citar algunos ejemplos.

En el caso de Verstappen, será interesante saber si la teleaudiencia aumentó a raíz de su abandono con la enorme expectativa que se generó de saber quién podría ganar la carrera en su ausencia. Salvo holandeses y austriacos, seguramente la mayoría de los fanáticos en el mundo celebró cuando el auto del actual campeón fue retirado de la pista. Y ya no digamos del público londinense vitoreando a Alcaraz en la final de Wimbledon del año pasado.