Antonio Michel Guardiola

Lo que Otis no destruyó

ARISTAS

Antonio Michel Guardiola*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Michel Guardiola
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El huracán Otis se llevó viviendas, servicios, conectividad, infraestructura y –lo más importante– vidas. También ha evidenciado fallas en acciones de prevención, pero sobre todo en la recuperación.

En lugar de destinar los recursos necesarios, reconocer fallas y ofrecer a las víctimas un plan prometedor, el gobierno ha desacreditado a oponentes políticos y quitado a través de Morena recursos al Poder Judicial. Otis dejó un caos del cual tomará años levantarse.

Desde el 23 de octubre, el Centro Nacional de Huracanes de EU notificó sobre la intensidad de este fenómeno. ¿Se podrían haber advertido y puesto en marcha planes de evacuación o de prevención? Aún no ha quedado claro por qué no se hizo. Se ha señalado en cambio lo atípico del desempeño del fenómeno. En cuestión de horas, cientos de miles de personas perdieron su hogar, su trabajo, seres queridos y su vida como la conocían.

Varios medios han aportado evidencia de que el gobierno no ha sido del todo oportuno con su presencia en el lugar y en el lanzamiento de la asistencia económica para los afectados. Sin embargo, la narrativa del gobierno ha sido culpar a rivales, nutrir las campañas electorales y enaltecer una estrategia cuyo costo se ha quedado corto respecto a lo que México ha aportado en el pasado para casos similares.

El plan de rescate de 61 mil mdp es menor que lo que otorgó el gobierno de Enrique Peña para los damnificados por Ingrid y Manuel (67 mil mdp), tormentas que tuvieron secuelas mucho menos fuertes. En perspectiva, este plan es sólo el 12 por ciento de lo que ha costado el Tren Maya y una sexta parte del presupuesto de la Refinería Dos Bocas.

Por otro lado, el Congreso aprobó el Paquete Económico para 2024 sin prever un apoyo para la reconstrucción de las zonas destruidas en Guerrero, a pesar de que la desgracia ocurrió aún en un lapso en el que podían realizar modificaciones al presupuesto.

En cuanto al Poder Judicial, en Palacio han aprovechado la situación para darle un nuevo sentido a la eliminación de fideicomisos. Prácticamente arrinconó a la Ministra Norma Piña, quien había defendido la prevalencia de dichos fideicomisos, para que aceptara el uso de esos recursos para esta causa. La Ministra aceptó, pero podrían haberse extraído de otras áreas y proyectos que tienen menor impacto que la procuración de justicia.

Sin embargo, lo más preocupante que se ha llevado Otis es la voluntad de exigir a los gobernantes y entender cuando éstos no realizan con la suficiencia esperada su trabajo. Las encuestas recientes rumbo a las elecciones de 2024 muestran un bajo impacto en las tendencias de Morena y sus candidaturas, incluso en la CDMX, una de las sociedades más afectadas indirectamente por el huracán.

La narrativa política y el mensaje social que ha difundido el Presidente parece estar blindado ante cualquier ataque. Claudia Sheinbaum, su candidata a la sucesión, sigue en la delantera.

Sin importar la apatía, la falta de transparencia y la desafección política ante una tragedia como la que azotó a Acapulco, pareciera que lo único que no destrozó Otis fue la credibilidad de Morena.