Antonio Michel Guardiola

La partida más opaca

ARISTAS

Antonio Michel Guardiola*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Michel Guardiola
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Dentro de unos días escucharemos el cuarto informe de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Seguramente hablará sobre los logros de su administración y cómo ha avanzado en sus promesas. Una sobre la cual podría haber polémica es la de los señalados ahorros que, ha referido, le generó al gasto público. Porque los recortes que han sufrido las secretarías federales no necesariamente se han traducido en más gasto en los temas primordiales como la seguridad, salud y educación, sino que se han dirigido al Ramo 23, cuya característica principal es la opacidad.

El Ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) contiene recursos para provisiones salariales y económicas y ha sido objeto de críticas por ser el único apartado no regulado y carente de mecanismos de transparencia.

Es cierto, López Obrador no es el primero en recurrir a él, pero tampoco ha corregido su opacidad. Al contrario, aun cuando otras áreas de la Administración Pública Federal han perdido recursos, este rubro ha crecido en los últimos cuatro años. Sobre todo, porque es desde ese apartado que se envían recursos a estados y municipios.

En 2020, por ejemplo, se le asignaron 131,300 millones de pesos, un incremento de 14% respecto del año anterior. El fondo que recibió un mayor incremento fue el de entidades federativas y municipios, con 47% más que en 2019. Si bien en 2021 se redujo sustancialmente, en medio de la pandemia, para el PEF 2022, el gasto en las participaciones de los estados volvió a crecer.

El Presidente y Mario Delgado ya anunciaron un recorte en el PEF para 2023, lo cual sería inusitado. Es parte del cambio de austeridad republicana a pobreza franciscana, que hasta ahora ha sido tan popular. Curiosamente, también aclaró el Presidente que los programas sociales no serán afectados por estos recortes. Al mismo tiempo, sigue sin transparentarse el Ramo 23, por lo que aún puede haber discrecionalidad en el gasto de esos recursos. No será sorpresa si estos recursos empiezan a destinarse a programas sociales.

Mientras secretarías como Salud, Educación y Seguridad sufren recortes, Bienestar excede en 40.6% el presupuesto que le fue asignado para 2022. Quiere decir que, los programas sociales con transferencias no condicionadas tienen más respaldo del Gobierno que los apoyos que se otorgaban a científicos, medicamentos, atletas o al combate a la inseguridad. No, López Obrador no se está robando el dinero. Pero genera inquietudes que pudiera estar en la ruta de financiar campañas. Distintos jugadores, misma partida.