Antonio Michel Guardiola

La revancha de Trump

ARISTAS

Antonio Michel Guardiola*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Michel Guardiola
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Donald Trump es el primer expresidente de Estados Unidos en enfrentar cargos criminales, pero también ocupa el primer lugar en las encuestas para la candidatura del Partido Republicano rumbo a las elecciones presidenciales de 2024. A pesar de enfrentar casi 40 cargos por manejo de documentos clasificados y de ser acusado de un sinfín de delitos de sobornos y corrupción, su popularidad y el repudio que muestran los votantes republicanos al gobierno de Biden son suficientes para postularlo como el rival a vencer. La división en el país es lo que fortalece a la unión de la base de Trump.

Nunca en la historia de EU un candidato que tiene más de 20 puntos de ventaja sobre sus adversarios ha perdido la nominación del partido. Actualmente, podrían sumar a todos los demás precandidatos republicanos y no llegan a los números de Trump. La razón principal es que un tercio de la base republicana está asegurada para Trump; el resto se divide en aquéllos que no lo quieren en la boleta (25%) y los que consideran que podrían votar por él si fuera la opción para destronar a los demócratas.

Los seguidores de Trump no creen en él a pesar de sus defectos; lo apoyan porque no consideran que él tenga defectos. Ven en Trump un movimiento anclado en el conservadurismo, el nacionalismo y las agallas para desafiar el sistema. Su base repite un discurso que había sido la narrativa demócrata: las instituciones son corruptas por arrebatar la victoria a su líder; se sienten no representados por el gobierno actual y es necesario recuperar la integridad de los principios estadounidenses.

Incluso, si Trump fuese a la cárcel, no sería el primer candidato en aspirar a ese cargo desde prisión, pero sí sería el primero en poder ganar las elecciones. Después de tocar fondo respecto de las acusaciones en su contra, 41% de los votantes republicanos lo aprobaban (New York Times, noviembre de 2022). Si bien Ron DeSantis, el contendiente que más se acerca a Trump, se caracteriza por su personalidad y declaraciones provocadoras, lo que Trump enarbola va más allá de una carrera electoral.

Estados Unidos cuenta con una población cada vez más heterogénea, que difícilmente se sentirá representada por dos partidos. En ese sentido, todo aquel que no esté de acuerdo con la gestión y la visión progresista de Biden en temas de igualdad de género, diversidad, seguridad nacional, medio ambiente y, sobre todo, migración, han enfurecido a la base de Trump y han causado descontento en quienes no necesariamente apoyaban al expresidente republicano, pero que tampoco aprueban a Biden.

El efecto pendular en la política es característico en Washington, pero el ritmo acelerado es la particularidad. Sólo 10 presidentes no han ganado su reelección. Si Biden pierde, sería la primera vez que dos presidentes consecutivos no lo logran. El electorado es cada vez más voluble y las preferencias más efímeras. Los candidatos apelan al populismo para ganar la inercia de la voluntad en el momento, no necesariamente piensan en el legado en el largo plazo.

Lo preocupante no son las réplicas del sismo anterior de Trump, sino que se convierta en un nuevo terremoto, aún más devastador.