Volviendo a la normalidad (VIII)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm ArnalLa Razón de México
Por:

En la anterior entrega de esta serie, Volviendo a la normalidad, escribí que “parte de la vuelta a la normalidad es el agotamiento del efecto rebote, que ya tuvo lugar, para la actividad industrial, en septiembre”, integrada por la manufactura (58.7 por ciento), la construcción (21.6 por ciento), la minería (11.3 por ciento) y la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final (8.4 por ciento).

En términos mensuales (comparando cada mes con el mes anterior) en abril y mayo, los meses del cierre parcial de la economía, la actividad industrial decreció 26.2 y 0.8 por ciento. En junio, mes del inicio de la reapertura parcial de la economía, la actividad industrial creció 18.4 por ciento, en julio 7.0, en agosto 3.3 y en septiembre, último mes para el que tenemos información, 0.0 por ciento, muestra del agotamiento del efecto rebote, que consiste en los excelentes resultados que se obtienen (crecimiento del 18.4 por ciento en junio) después de haber obtenido pésimos (decrecimiento del 26.2 por ciento en abril), y que en este caso fue el resultado del reinicio parcial de las actividades económicas.

Ya tenemos los indicadores del sector manufacturero para septiembre, sector que aporta el 58.7 por ciento de la actividad industrial, el 17.0 por ciento del Producto Interno Bruto, y que está integrado por 21 actividades manufactureras que van, desde la industria alimentaria, pasando por la industria del plástico y el hule, hasta la fabricación de muebles, colchones y persianas, indicadores que son tres: personal ocupado, horas trabajadas, remuneraciones.

En términos mensuales el personal ocupado en junio creció 0.1 por ciento, en julio 0.8, en agosto 0.4, en septiembre 0.4. Las horas trabajadas aumentaron en junio 18.2 por ciento, en julio 5.9, en agosto 1.3, en septiembre 0.5. Las remuneraciones aumentaron en junio 1.5 por ciento, en julio 2.9, en agosto decrecieron 0.1 por ciento y en septiembre ni crecieron ni decrecieron, 0.0 por ciento.

En las horas trabajadas se ve claramente el agotamiento del efecto rebote. En abril, con la economía parcialmente cerrada, se contrajeron 27.0 por ciento (pésimo resultado), en mayo, todavía con la economía parcialmente cerrada, crecieron 5.3 por ciento (buen resultado), y en junio, con la reapertura parcial de la economía en marcha, crecieron 18.2 por ciento (excelente resultado), consecuencia, nada más, del efecto rebote, que en julio, agosto y septiembre perdió fuerza, lo cual nos acerca a la normalidad. En 2018, antes del inicio de la recesión, el crecimiento promedio mensual de las horas trabajadas fue 0.07 por ciento. En septiembre fue 0.5. Estamos volviendo a la normalidad.