Arturo Vieyra Fernández

Notas sobre la debacle económica

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra Fernández
Arturo Vieyra Fernández
Por:

Lamentablemente, los analistas económicos en estos tiempos tenemos que fungir como agoreros del desastre por el que atraviesan la economía mexicana y la actividad productiva mundial. La debacle es de dimensiones que nadie hubiera podido imaginar a principios de este año. Para el caso nuestro, abril y mayo seguramente fueron los meses más álgidos sobre el desempeño económico. Los reportes económicos ya señalan resultados alarmantes.

En este espacio, en ese decepcionante tono nos hemos referido al empleo, la producción industrial y el consumo principalmente. Ahora toca el caso de la producción nacional en abril y las cuentas externas en mayo. Las cifras siguen decepcionantes.

En este sentido, cifras del Indicador Global de la Actividad Económica de abril (IGAE, proxi mensual del PIB) confirman la recesión productiva. El IGAE disminuyó 19.9% respecto al año anterior —en línea con nuestro pronóstico— y respecto a marzo se redujo -17.3%, la cifra más baja de crecimiento mensual desde que se tiene registro del indicador (inició en 1993). El nivel de producción nacional ha descendido más de una década.

Por sectores, los tres grandes agregados de la economía mostraron un drástico y rápido ajuste a la baja en abril respecto a marzo, la producción industrial cayó -25.1%, el sector agropecuario disminuyó -6.4%, mientras que los servicios descendieron -14.4%.

Para mayo es posible un ligero repunte de la actividad productiva respecto a abril. Sin embargo, continuarán muy bajos los niveles de actividad respecto al año pasado. Así lo confirman los indicadores de comercio exterior de mayo con una aguda caída de las exportaciones y de las importaciones.

Es evidente la parálisis del comercio exterior. Las exportaciones durante mayo se contrajeron -56.7% mientras que las importaciones lo hacen -47.1%, respecto al mismo mes de 2019. Estas cifras resultan peores a lo visto durante abril.

Las exportaciones de petróleo crudo y automotriz siguen siendo las más afectadas, de la mano de la producción manufacturera en Estados Unidos, reportan caídas de -68% y -90%, respectivamente. Las importaciones también se contraen de forma generalizada. Tanto por el rompimiento de cadenas productivas como por la debilidad de la demanda interna, las importaciones de bienes intermedios cayeron 46.6% mientras los de consumo 55.8% anual.

La balanza comercial registró en mayo un déficit de 3.5 mil millones de dólares, la más alta para un mes similar desde que se tiene registro. En el acumulado de los primeros cinco meses, el saldo comercial rompe el equilibrio mostrado hasta abril y se torna deficitario en 2.8 mil mdd, ello podría significar en el margen presiones sobre el tipo de cambio.

El efecto de la epidemia es devastador sobre la economía mexicana. El confinamiento de las familias y la parálisis productiva en México y el mundo provocan una caída generalizada de la producción de casi todos los sectores. Contribuyen por igual a la caída de la producción la fuerte contracción observada tanto en la demanda interna como en la externa. Si el manejo de la pandemia es adecuado —que impida algún rebrote significativo del contagio—, será posible una reactivación relativamente rápida a partir del segundo semestre de este año.