Arturo Vieyra

Banxico Frena

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En la más reciente reunión de política monetaria del Banco de México sucedió lo que la mayoría de los analistas financieros anticipaba. La Junta de Gobierno decidió, de forma unánime, mantener sin cambios la tasa de interés de referencia, con ello, se mantiene en un nivel de 11.25 por ciento.

Si bien esta decisión fue de alguna forma anticipada en las declaraciones de un subgobernador y de la gobernadora del Banxico, tiene, a mi parecer, un toque de optimismo no del todo fundamentado por las circunstancias actuales que debieron considerarse dos veces.

Varias razones ponen un riesgo, e incluso contradicen, la decisión del Banxico. La principal radica en que, si bien el banco central identifica un proceso gradual de desinflación, la pausa en el ciclo alcista se presenta en medio de los altos niveles de inflación (6.25 por ciento en abril) y persistentes presiones inflacionarias, especialmente en el subíndice subyacente —es el indicador que cubre tres cuartas partes del INPC y de manera más fiel la trayectoria de la inflación— que avanza a una tasa anual de 7.7 por ciento.

En general, pese a la desinflación gradual y firme, las condiciones de la inflación no son las óptimas, el crecimiento de los precios de los alimentos es muy alto, 12 por ciento, incluso casi dos terceras partes de los 299 genéricos avanzan a una tasa anual mayor a 6 por ciento. Por ello, el Banxico de manera correcta ubica el balance de riesgos inflacionarios al alza.

Otro elemento que pone en riesgo la decisión del banco central es que la economía, actualmente, está en un nivel de crecimiento cercano al pleno empleo; en el primer trimestre avanzó a una tasa anual de 3.8 por ciento y, si bien se asoma ya una desaceleración importante en lo que resta del año, esta viene por el lado de la demanda externa, es decir, la economía mexicana crecerá menos porque Estados Unidos se está desacelerando. Así, pueden todavía mantenerse algunas presiones inflacionarias en el sector servicios principalmente.

¿Entonces, por qué no subir la tasa otra vez? La principal razón que apoya la decisión de mantener la postura monetaria es que la tasa de interés real ex ante (es decir, la tasa descontada con las expectativas de inflación a doce meses) ya alcanzó un nivel muy alto, es decir, está en zona de contracción y supone que la economía podría enfriarse con esta medida y frenar el crecimiento de los precios.

El pronóstico del Banxico supone una parsimoniosa continuidad en el proceso de desinflación actual, lo cual es probable, pero no está exento de cualquier perturbación interna y externa como lo apunta el balance de riesgos del banco central.

Bajo esta circunstancia, el Banxico en su comunicado confirma que finalmente se ha alcanzado el techo del ciclo alcista, por lo que la tasa de interés se mantendrá ahí durante un “periodo prolongado”. Cuánto tiempo implica esto último, es difícil saberlo, pero lo que sí sabemos es que, frente a las difíciles condiciones de la inflación arriba descritas, y dado el pronóstico del Banxico, tendremos altas tasas de interés por varios meses. Algunos analistas suponen que la tasa permanecerá intacta lo que resta del año y sólo empezará a bajar hasta el primer trimestre del 2024. Otros somos más optimistas y consideramos que la baja podría venir hacia el último trimestre de este año.