Arturo Vieyra

Empleo, salarios y crecimiento: el trinomio camina

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Recuperación económica y crecimiento del empleo y salarios constituyen un trinomio que no habíamos visto con el ímpetu de ahora durante la presente administración. El ascenso de la producción nacional ha superado las expectativas. Durante el tercer trimestre el PIB registró un crecimiento anual de 4.3% (estimación oportuna), desde 2.0% en el trimestre previo. Este desempeño económico también resultó mejor a lo esperado por el consenso y anticipa para todo este año un avance cercano al 3.0.

La variación anual acumulada de la producción nacional para el periodo enero-septiembre ascendió a 2.7%; incluso, estimaciones preliminares del Inegi apuntan a que en octubre la economía mexicana avanzó a una tasa anual de 5% respecto al mismo mes del año anterior.

Para que el crecimiento económico logre ser un indicador de bienestar debe traducirse en más y mejores empleos. Afortunadamente, después de la crisis de 2020, los resultados en materia de empleo tienen un sesgo positivo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el Inegi, el empleo no sólo se ha recuperado respecto al nivel previo a la crisis, sino que lo ha rebasado.

Así, la ENOE reseña que mientras que en marzo del 2020 el empleo ascendía a 55.8 millones de trabajadores, para septiembre de este año el personal ocupado sumaba 57.5 millones, es decir, ha habido un incremento en el empleo de 1.7 millones de puestos de trabajo.

Esta cifra, aunque halagüeña, no refleja necesariamente un cambio sustancial en las condiciones del empleo. Por ejemplo, la tasa de informalidad en el periodo de referencia permaneció prácticamente sin cambios (55.6%) que, debido al crecimiento del empleo, implicó que el número de trabajadores informales se incrementara en un millón; es decir, que un poco más de la mitad de los casi dos millones de los nuevos empleos se generaron en el sector informal, que sobra decir, es el que menos protección social ofrece.

Si consideramos como proxi del empleo formal el número de trabajadores afiliados al IMSS tenemos que corroborar la creación de empleos reportada por la ENOE. Según el instituto de salud, en octubre pasado hay un incremento de 1.1 millones trabajadores registrados respecto a marzo de 2020 y 850 mil trabajadores más que hace un año.

Como dato adicional vale la pena mencionar que, en paralelo al avance del empleo y a pesar del incremento de la inflación, el salario promedio de cotización al IMSS continúa creciendo en términos reales —quitando la inflación— dando mayor poder adquisitivo. En octubre resultó 2.5% mayor en términos reales que en octubre del año pasado.

El crecimiento de la producción, el empleo y los salarios son el camino más sustentable para lograr mayor bienestar. Más allá de que existen otros mecanismos para fortalecer las condiciones de vida de los mexicanos —como puede ser la ayuda social a través de los programas gubernamentales—, el apoyo más valioso y sustentable está en el empleo formal.

Si bien los resultados son positivos, siguen siendo insuficientes y de ninguna manera significan una victoria sobre los profundos estragos causados por la crisis y el rezago que por décadas se ha generado.