Bernardo Bolaños

Gabriel Orozco y el jardín etnobotánico de Chapultepec

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños
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Para miles de entusiastas de la 4T, hoy no hay nada más clasista ni más ridículo que el chef Enrique Olvera, quien rechaza que sus clientes pidan chiles toreados para acompañar un fetuccini sobre salsa de langosta y jerez fino. Le dijeron recientemente esnob, elitista, farsante y otro adjetivo que empieza con M pero que es inapropiado reproducir aquí.

En cambio, cuando el artista contemporáneo Gabriel Orozco es designado coordinador del Proyecto Bosque de Chapultepec, los fans del nuevo Gobierno aplauden. Eso, a pesar de que cientos lo llamaron pretencioso y M cuando abrió un Oxxo dentro de la Galería Kurimanzutto de Ciudad de México. O cuando expuso una caja de zapatos en Venecia.

Pero el problema en el caso de Chapultepec es el conflicto de interés al construirse un nuevo inmueble, en buena medida para la posteridad de Orozco. Él mismo lo reconoce: “Creo que si logro implementar ese Pabellón Contemporáneo Mexicano va a ser algo en lo que todos vamos a ganar, porque es un museo que no tenemos, y cuando viene la gente a México y quiere ver mi obra o la obra de mi generación, no tiene a dónde ir, no está”.

Orozco el artista, unido con Orozco el coordinador del Proyecto Chapultepec, que acogerá obras del artista, es una combinación que huele mal. Como dice el arquitecto Alberto Kalach: “Lo que él quiere es, veladamente, promover, sobre Reforma, el museo de arte contemporáneo para inmortalizarse en él”. Peor tantito, el proyecto se basa en el Plan Maestro de Chapultepec, del propio Kalach. Orozco ni es urbanista y habría obtenido la información del arquitecto para luego hacerla suya, se queja éste. El reconocido crítico de arte Cuauhtémoc Medina comenta el escándalo y dice: “Un plagio es un plagio que es un plagio”. Por cierto, Kalach diseñó la biblioteca Vasconcelos en Buenavista, donde flota un esqueleto de ballena, obra de Orozco.

¿Por qué entonces las bases de la 4T son tan amables con un artista como Orozco y tan duras con el chef Olvera? Porque uno es el nuevo artista presidencial y el otro fue crítico: ¡osó pedir que el Gobierno promoviera el tapabocas!

Las autoridades reconocen que el “pabellón” implicará el desalojo del orquidario de Chapultepec. Pero no admiten lo obvio: que el inmueble también afectará al resto de la flora hoy dueña del espacio. Literalmente le hará sombra, si no es que la hará desaparecer. Claudia Sheinbaum presume que el jardín fue diseñado cuando era secretaria de Medio Ambiente. Con ello admite también su negligencia. El proyecto de la maestra Montserrat Gispert, etnobotánica, era rescatar la tradición de Nezahualcóyotl. Pero nunca se concretaron las áreas de investigación, de recolección, de reproducción y de mantenimiento. No hay jardines botánicos sin estructura administrativa.

Si de artistas conceptuales se trata, mejor es el japonés Yoshihiro Suda, quien cultiva plantas en las grietas de cemento de los museos ya existentes.