Bernardo Bolaños

El infierno de Juárez y sus causas

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bernardo Bolaños
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Son evidentes los tratos crueles, inhumanos y degradantes que reciben los migrantes por parte del Instituto Nacional de Migración. ¡Esto tiene que cambiar ya! La renuncia de su titular debe ser sólo el punto de partida. Son menos evidentes las causas de la crisis migrante porque cada analista tiene sus ideas preconcebidas.

Las víctimas venían de Guatemala (28), Honduras (13), Venezuela (13), El Salvador (12), Ecuador (1) y Colombia (1). ¿Por qué Guatemala y Honduras? Porque buena parte de la población rural del istmo centroamericano sufre inseguridad alimentaria. En 2022, Francisca Méndez Escobar, representante permanente de México en Ginebra, reconoció ante el mundo que “diversos estudios muestran que la mitad de los migrantes que transitan por México provienen de las zonas agrícolas de Centroamérica más afectadas por los desastres y el cambio climático”. Sin embargo, el presidente y la opinión pública mexicana no lo registran. Aceptan que se estén derritiendo los polos, pero nadie les ha puesto en National Geographic una explicación masticada de la sequía centroamericana.

En las universidades latinoamericanas, por su parte, se aduce la carta del neoliberalismo (agroindustria, minas, salarios insuficientes, etc.) como causa de expulsión. Aunque los migrantes insistan que van a Estados Unidos, epicentro del capitalismo.

En México, el tema del desplazamiento forzado desde los infiernos ambientales es una narrativa considerada “gringa”. Tal vez porque expertos, sociedad civil y periodistas de Estados Unidos sí hacen esas preguntas, aunque sea para enconcharse más. Como le dijo Jorge Reyes, campesino hondureño, al New York Times: “No aguantamos el hambre. Si vamos a morir de todos modos, mejor morir tratando de llegar a Estados Unidos”.

¿Y por qué vienen de Venezuela? Los gobiernos de Chávez y luego de Maduro apostaron a la economía fundada en la exportación de petróleo, cuando la rentabilidad de la extracción de éste ya era poca (por la mala calidad de su crudo y la alternativa de las energías renovables). Los ingresos del Estado venezolano se desplomaron con la caída de los precios del petróleo en 2008 y no hubo lucidez para reconvertir la economía; dejaron de otorgarse ayudas sociales y sólo alcanzó para mantener a la corrupta burocracia militar. Unos 7 millones de venezolanos han ido al exilio.

Para el presidente colombiano Gustavo Petro, el éxodo de esos millones de venezolanos es un desplazamiento por causas ambientales y económicas, ambas causadas por la adicción a los combustibles fósiles. Él y el presidente de Chile pertenecen a una izquierda que no es alérgica al principio de realidad y están sirviendo de vanguardia para toda la región. La Corte Interamericana de Derechos Humanos acaba de dar entrada a la solicitud de Petro y Boric de emitir una opinión consultiva para determinar los deberes estatales frente a la catástrofe climática y sus secuelas, como la migración. ¿Qué deberes? Ayudar a adaptarse a sequías, huracanes y plagas (incluyendo gobiernos incompetentes). Y, si no se puede, practicar la hospitalidad.