Bibiana Belsasso

Los albergues del terror

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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México es de los países más violentos para menores de edad.  Seis de cada 10 niños o niñas sufren agresiones físicas o psicológicas durante su infancia, casi siempre estas agresiones se dan en el hogar.

Y la violencia intrafamiliar y los abusos sexuales han aumentado mucho desde que inició la pandemia.

Algunos de estos niños que han sufrido maltrato, que incluso los puede llevar a la muerte en sus propios hogares, son resguardados por el Estado. Algunos llegan a albergues, unos funcionan muy bien y se les da un trato amoroso y digno a estos chiquitos. Pero en estos albergues, la violencia puede, incluso, ser más severa que la vivida en casa de sus padres.

En recientes días el diario Crónica puso en evidencia el abuso y maltrato a los que han sido sometidos varios menores de edad en el albergue San Bernabé, ubicado en la alcaldía Iztacalco, del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias (IAPP) del Gobierno de la Ciudad de México.

Investigamos y tenemos en nuestras manos un informe presentado ante la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, con las denuncias de estos maltratos.

Hablamos de niños, niñas y adolescentes que son atados de sus extremidades y obligados a realizar tareas demandantes porque se “portan mal”; además, a los empleados los obligan a tomar fotografías de esos menores para enviarlas a chats de WhatsApp, donde también se dictan las órdenes.

Existen imágenes donde se muestra a los pequeños con su ropa mojada porque se hicieron del baño, o con los pantalones abajo. También, estos niños están a cargo de lavar su ropa y de otras labores de limpieza ante la falta de presupuesto para contratar personal de aseo.

Los menores de edad en los albergues del IAPP provienen de diferentes procesos de abandono, maltrato familiar e, incluso, abuso sexual.

Los empleados, como técnicos y brigadistas, señalaron a Nadia Troncoso, la directora del organismo, como incitadora de la violencia en el albergue San Bernabé. Sus quejas las dieron a conocer ante la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y el DIF de la capital del país; aseguran que fue en dos ocasiones, con expedientes, y que hasta contaban con las fotografías y chats de WhatsApp, pero nunca fueron escuchados.

Las quejas fueron archivadas y olvidadas hasta que un medio las tuvo en sus manos y las dio a conocer. Pero también se tiene que investigar la situación insalubre que, se denuncia, hay en estos albergues, y tomar cartas en el asunto.

Indagan señalamientos

Albergue de la Coruña, en la alcaldía Iztacalco, donde, según las denuncias, se cometieron abusos contra menores de edad.
Albergue de la Coruña, en la alcaldía Iztacalco, donde, según las denuncias, se cometieron abusos contra menores de edad.Foto: Especial

Ahora, dicen las autoridades que lo van a investigar. Éste es un tema que se tiene que resolver inmediatamente, y estos niños tienen que ser rescatados en lo que se hace una investigación más a fondo.

Esthela Damián Peralta, directora general del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de la Ciudad de México, informó que un equipo multidisciplinario se encuentra investigando los presuntos maltratos que los menores de edad reciben en los albergues del Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias (IAPP).

Por medio de un comunicado conjunto con la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (Sibiso), se informó que el equipo estará encabezado por Edith Hernández Segura, directora de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes en Situación de Vulnerabilidad, en Riesgo o Desamparo y de Centros de Asistencia Social.

Este grupo también estará integrado por psicólogos y trabajadores sociales, quienes entrevistaron a los 10 menores de edad que se encontraban en el Centro de Asistencia Social San Bernabé, inmueble que se encuentra en remodelación.

Subrayó que “el DIF-CDMX dará puntual seguimiento a las acciones realizadas para verificar las condiciones físicas y emocionales de niñas, niños y adolescentes de la CDMX, implicados o no en esta polémica.

“Ya estamos atendiendo este asunto que tiene que ver con un presunto maltrato a efecto de conocer si los hechos son verídicos, si sufrieron o no algún tipo de violencia, e identificar a las personas que tomaron gráficos o maltrataban a los niños”.

En tanto, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, señaló que los integrantes de las dependencias señaladas no actúan de manera inadecuada.

Dijo que “se hizo una inversión muy importante el año pasado para dar un trato humanitario a todas las personas en situación de calle y no hay. Nunca se obliga, se hace un proceso de convencimiento y si la gente no quiere, pues inclusive se les permite mantenerse en su lugar, y se hace un proceso de convencimiento y de ahí tampoco es obligatorio que se queden en el lugar, tienen que cumplir ciertas reglas si se quedan en el sitio”.

Este estudio, sin embargo, no se hizo en los distintos albergues de niños para verificar la forma en que operan.

De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), la violencia contra los menores de edad, cada día, es más constante y sistemática, ocurre en el hogar y escuela, principalmente.

La violencia que sufren los menores de edad también se da en las calles, pues cada día en México son asesinados siete menores de edad y tres casos en promedio son homicidios dolosos, de acuerdo con Redim.

Pero si al ser rescatados de esta violencia son llevados a otro lugar, como los albergues, para recibir lo mismo: violencia, ¿dónde está la protección?

La situación de malos tratos que se ejecutan dentro de algunos albergues ha sido evidenciada en el pasado.

Recordemos el caso de Casitas del Sur. En enero de 2009, en la Ciudad de México se realizó un operativo en una casa-hogar denominada Casitas del Sur. Allí se descubrió una red de tráfico que incluía a niños y niñas. Las autoridades encontraron, además, que había por lo menos 27 menores que habían sido sustraídos, que estaban en calidad de desaparecidos.

En meses y años posteriores salieron otros casos, como el de La Gran Familia, en Zamora, Michoacán, y el de La Ciudad de los Niños, en Salamanca, Guanajuato, que incluían tráfico de personas menores de edad, abusos sexuales, discriminación y violencia.

Tardaron años en descubrir la situación en los albergues de Casitas del Sur y el de La Gran Familia, en Michoacán. Por eso es fundamental que se haga un trabajo a fondo de investigación de las denuncias que se tienen de estos albergues en la Ciudad de México, y mientras, se resguarde a los niños y las niñas.